
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, llamó a la Organización de las Naciones Unidas a ejercer su responsabilidad frente a las acciones de Estados Unidos contra Venezuela.
Durante su conferencia de prensa, la mandataria cuestionó la falta de pronunciamientos del organismo internacional y pidió una intervención que priorice la paz y evite un derramamiento de sangre en la región.
«(Hago) un llamado a Naciones Unidas para que asuma su papel. No se le ha visto. Que asuma su papel para evitar cualquier derramamiento de sangre y que se busque siempre la solución pacífica de los conflictos», señaló la mandataria.
Sheinbaum reaccionó a las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien calificó al Gobierno venezolano como una “organización terrorista extranjera” y ordenó un bloqueo militar en el Caribe.
Ante este escenario, la jefa del Ejecutivo mexicano reiteró la postura histórica de México basada en la Constitución: no intervención, no injerencia extranjera, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias.
Subrayó que esa posición se mantiene independientemente de las opiniones sobre el gobierno de Nicolás Maduro y que el diálogo debe prevalecer en cualquier conflicto internacional.
La tensión se ha agravado por el despliegue militar de EE.UU. frente a las costas venezolanas desde agosto, bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
Washington lanzó la operación “Lanza del Sur”, que incluye bombardeos a supuestas embarcaciones criminales, con más de 80 personas fallecidas, sin pruebas concluyentes de tráfico de drogas, y el asalto a un buque petrolero venezolano, calificado por Caracas como un acto de piratería internacional.
Venezuela denuncia injerencia de EE.UU.
Venezuela denuncia que el verdadero objetivo es un cambio de gobierno para apropiarse de sus recursos energéticos.
Estas acciones han sido cuestionadas por Rusia, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los gobiernos de México, Colombia y Brasil.
Además, la propia ONU y la DEA han señalado que Venezuela no es una ruta principal del narcotráfico hacia EE.UU., lo que debilita el sustento de las acusaciones estadounidenses.




