
Las autoridades sirias rechazaron la visita de Israel en el sur de Siria, enfatizando en que forma parte de una estrategia para legitimar la ocupación en un territorio controlado ilegalmente por el ejército israelí.
La incursión de Benjamín Netanyahu a la llamada “zona de amortiguación”, un territorio que se extiende desde el Monte Hermón hasta la cuenca del Yarmuk, incluyó una reunión de seguridad con ministros, mandos militares y jefes de inteligencia.
En un comunicado oficial, el Ministerio de Exteriores sirio denunció que la visita incumple resoluciones del Consejo de Seguridad y reiteró que “todas las medidas adoptadas por la ocupación son nulas y sin validez jurídica”.
Asimismo, exigió la retirada total de las fuerzas israelíes y llamó a la comunidad internacional a “asumir responsabilidades” y presionar para el retorno al Acuerdo de Separación de 1974.
Siria calificó la inspección como una “grave violación de su soberanía e integridad territorial”, acusando que estas operaciones se han intensificado desde 2024, acompañadas de ataques y bombardeos contra zonas civiles que han dejado numerosas víctimas.
El episodio ocurre mientras Netanyahu enfrenta condenas internacionales por el genocidio del pueblo palestino y crímenes de guerra en toda la región.




