El supertifón «Man-yi» se alejó del territorio filipino tras causar estragos en la región de Catanduanes. A pesar de la magnitud del fenómeno, no se reportaron víctimas mortales, según informaron las autoridades locales.
Con vientos sostenidos de hasta 155 kilómetros por hora, «Man-yi» abandonó la isla de Luzón, la más grande del país, dejando tras de sí árboles arrancados, postes eléctricos derribados y extensos daños materiales en Catanduanes, según Ariel Nepomuceno, director del servicio de Defensa Civil.
De igual manera, toda la provincia quedó sin suministro eléctrico, y los equipos de emergencia están evaluando la magnitud de las afectaciones.
Evacuaciones masivas y daños previos
La amenaza del supertifón obligó a más de un millón de personas a evacuar sus hogares y buscar refugio en albergues temporales, incluyendo iglesias y centros comerciales.
Estas evacuaciones se suman a las realizadas durante los cinco ciclones previos en semanas recientes, que dejaron 153 muertos en el país.
Al menos 26 aeropuertos nacionales y dos internacionales suspendieron operaciones, mientras que los servicios de ferry y transporte de mercancías entre islas fueron cancelados debido a las condiciones marítimas peligrosas, dejando a miles de pasajeros varados, según la Autoridad de Aviación Civil de Filipinas y la Guardia Costera.
Filipinas enfrenta regularmente alrededor de 20 tifones y tormentas cada año. Además, el país es altamente vulnerable a terremotos y cuenta con más de una docena de volcanes activos, lo que lo posiciona como uno de los territorios más propensos a desastres naturales a nivel mundial.