La central nuclear de Zaporozhie, considerada la más grandes de Europa, fue nuevamente blanco de bombardeos por parte de Ucrania, informó la administración de la planta a través de su canal de Telegram.
“Solo terroristas, que ignoran las normas del derecho internacional y amenazan con una catástrofe nuclear, podrían continuar bombardeando en tal situación”, señaló la administración de la planta.
Los proyectiles impactaron en una estación de bomberos situada a 1,2 kilómetros del complejo nuclear, sin dejar víctimas ni daños significativos en las instalaciones principales.
Según el personal de la planta, las agresiones ocurren mientras la central lleva dos semanas sin suministro eléctrico externo, un factor crucial para mantener la seguridad operativa.
Actualmente, el suministro energético se sostiene mediante generadores diésel de emergencia, mientras los técnicos trabajan para garantizar la estabilidad del sistema.
OIEA: Ucrania pone en riesgo la seguridad global
Asimismo, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó haber escuchado múltiples rondas de bombardeos en las cercanías del complejo y reportó que su personal fue notificado del incidente.
El organismo reiteró su preocupación y recordó que cualquier ataque en las inmediaciones de una central nuclear representa un riesgo grave para la seguridad global.
Los ataques a la central de Zaporozhie no son hechos aislados. El pasado 20 de septiembre, la infraestructura fue alcanzada por drones ucranianos, dos de los cuales detonaron sobre el techo del centro de formación de la planta durante una visita de expertos del OIEA.
De igual manera, en agosto, los bombardeos provocaron un incendio en las estructuras hidráulicas, lo que puso en peligro al personal de emergencia que trabaja en la zona.
Las autoridades rusas denunciaron que los ataques forman parte de una estrategia deliberada de Kiev para desestabilizar la región y advirtieron que los países occidentales que suministran armas, inteligencia y financiamiento a Ucrania comparten responsabilidad en estas provocaciones.
El OIEA ha insistido en que las hostilidades en torno a instalaciones nucleares deben cesar de inmediato, subrayando que cualquier agresión en zonas cercanas a reactores activos puede derivar en un desastre de gran escala, con consecuencias imprevisibles para toda la región.