El Gobierno de Venezuela denunció el secuestro de la niña Maikelys Antonella Espinoza Bernal, de dos años, por parte de autoridades estadounidenses. La menor fue separada de su madre justo antes de abordar un vuelo de repatriación a Caracas.
“Como tantas violaciones de los derechos de nuestros migrantes y en contravención de las normas internacionales y muy especialmente de la Declaración Universal de los Derechos del Niño y de la Carta de las Naciones Unidas, incurren nuevamente en el gravísimo expediente de separar familias y de sustraer a un menor de edad de su entorno afectivo y especialmente de su madre biológica” subraya el comunicado oficial de Venezuela.
De forma paralela, el padre de la niña fue capturado y trasladado, sin juicio ni derecho a la defensa, al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador. Venezuela comparó esta acción con los traslados forzados ocurridos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
“En esa práctica deleznable, y frente a la mirada indignada de las mujeres y hombres de bien del mundo entero, se somete a seres humanos a tratos indignos y crueles, se separa a las familias y se envía a ciudadanos venezolanos a campos de concentración en terceros países de gobiernos cómplices y lacayos, en contravención de cualquier práctica elemental del debido proceso y del estado de derecho”, denunció el gobierno venezolano.
El Gobierno venezolano acusó a sectores de extrema derecha de apoyar estas prácticas, que calificaron como delitos de lesa humanidad contra su población migrante. Asimismo, denunciaron la criminalización basada en la nacionalidad venezolana.
