Tumores cancerígenos podrían tratarse con eficacia, a través de nanopartículas de oro, según un estudio elaborado por un equipo de científicos de Stanford Medicine, que decidieron utilizar un dispositivo inalámbrico, con el objetivo ayudar a mejorar los tiempos de supervivencia de las personas con cáncer.
Según los investigadores, el aparato consiste en un infrarrojo que se implanta entre la piel y cráneo, una vez que este se pone en funcionamiento de forma remota, las nanopartículas de oro se calientan y es donde se empieza a matar los tumores cancerígenos a lo interno del órgano.
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«Una vez inyectadas las nanopartículas en el tumor a una temperatura de hasta 5 grados centígrados, mata gradualmente las células cancerosas en tratamientos repetidos, sin dañar el tejido cerebral circundante.», reseña el informe publicado en la revista Nature Nannotechnology.
Primera prueba en ratones
Como primera prueba del dispositivo, los científicos utilizaron ratones, a los que se les suministro tumores cerebrales derivados de humanos, la respuesta fue positiva, «los roedores estuvieron tranquilos», indican.
«Bastaron 15 minutos de tratamiento diario, al menos 15 días, fueron suficientes para aumentar los tiempos de supervivencia» de los animales explica el texto divulgado.
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Hamed Arami, coautor del estudio, señaló que la importancia de utilizar nanopartículas como tratamiento de tumores cancerígenos, ayuda a reducir a un menor nivel los «efectos secundarios de la quimioterapia».
Con el dispositivo que duró cuatro años en desarrollarse, los investigadores prevén que cuando se aplique en las personas, este llegaría a ser usado como tratamientos «en los hogares, también en cirugía, quimioterapia, sin incrementar el tiempo de espera en los hospitales o perjudicar la vida de los pacientes», destacan los participantes de la investigación.