Médicos trasplantan corazones de cerdos a humanos. Foto JP+
Médicos trasplantan corazones de cerdos a humanos. Foto JP+

Un equipo de investigadores ha destacado un nuevo avance de la medicina en trasplantes de órganos, ocurrido tras una exitosa cirugía de corazones de cerdos genéticamente modificados en dos personas en estado de muerte cerebral.

Los expertos revelaron que por el momento los órganos introducidos en el sistema de los pacientes funcionan con normalidad y no han mostrado señales de rechazo; además, las personas se encuentran conectados al soporte mecánico requerido para ejercer sus funciones vitales básicas.

Por su parte, Robert Montgomery, director del Instituto de Trasplantes Langone, afirmó que la innovación científica, «ha sido uno de los proyectos más increíbles de los que ha participado», donde puede «ver que un corazón de cerdo esté latiendo dentro del pecho de un ser humano».

Los cirujanos explicaron que la idea de continuar realizando intervenciones de este tipo, surge a partir de la muerte del paciente con una enfermedad cardiaca terminal, quien recibió por primera vez un corazón de cerdo genéticamente modificado, operación que fue realizada por médicos la Universidad de Maryland.

¿De dónde se adquirieron los corazones?

Los órganos se obtuvieron de la reconocida empresa de crianza de cerdos, Revivicor Inc., que posteriormente fueron examinados en laboratorios de la Universidad de Nueva York, como parte del protocolo sanitario para evaluar si contaban con algún virus porcino, científicamente llamado citomegalovirus.

Los corazones fueron adquiridos de la empresa de crianza de cerdos Revivicor Inc. Imagen referencial
Los corazones fueron adquiridos de la empresa de crianza de cerdos Revivicor Inc. Imagen referencial

Según los investigadores, el procedimiento que duró alrededor de 72 horas y se hizo utilizando el mismo mecanismo de trasplantes cardíacos humanos común.

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«Este es el primer paso para desarrollar una comprensión profunda de los aspectos mecánicos, moleculares e inmunológicos del trasplante de xenocorazón y la viabilidad de utilizar la práctica clínica estándar y las herramientas para hacerlo», sostuvo Alex Reyentovich, miembro del equipo científico.