Daniel Ortega, uno de los líderes más estrategas de América Latina, vuelve a paralizar y sorprender al mundo por sus declaraciones. Tras la deportación de 222 reos condenados por Traición a la Patria, el mandatario de Nicaragua, niega rotundamente cualquier negociación con los Estados Unidos, y destaca que fue un asunto de honor, de dignidad y de patriotismo que los norteamericanos se llevaran a sus mercenarios.
A medida que salía a la luz pública, que los 222 reos sentenciados por cometer actos que menoscaban la independencia, la soberanía, la autodeterminación del pueblo por incitar a la violencia, al terrorismo y la desestabilización económica en Nicaragua, perdieron su ciudadanía y fueron deportados en un avión rumbo a Washington, Estados Unidos; las corporaciones de medios de comunicación opositores al Gobierno nicaragüense, encendieron la maquinaria de la especulación y la manipulación, sobre posibles acuerdos políticos con la Casa Blanca.
El intento de manipulación, comenzaría a ser pulverizada por los mismos personeros norteamericanos, quienes después del aterrizaje de los reos, en el Aeropuerto Internacional de Dulles, salieron a declarar que fue una decisión unilateral de las autoridades del país centroamericano.
El portavoz del Departamento de Estado del país norteamericano, Ned Price, detalló que “esta no fue una negociación, tampoco fue un trato con el Gobierno de Nicaragua. Esta fue una decisión unilateral de parte del Gobierno de Nicaragua… Nosotros decidimos que estábamos en la posición de aceptar a estas personas y darles la bienvenida a los Estados Unidos”, refirió el diplomático.
Daniel Ortega: No estamos pidiendo que nos levanten las sanciones
Minutos después, Ortega, destacada figura antiimperialista en la región y férreo defensor de la independencia y autodeterminación de los pueblos, daría la estocada certera a nivel internacional, cuando reveló su postura sobre si la deportación de los reos, implicaba una negociación.
“¡No, no estamos pidiendo que nos levanten las sanciones! ¡No estamos pidiendo nada a cambio! Es un asunto de honor, de dignidad, de patriotismo, y de que se lleven a sus mercenarios”; así le reafirmó el gobernante de Nicaragua a Washington, y a quienes con el doble rasero entre sus bocas han promovido sanciones contra los nicaragüenses.
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“¡Aquí no ha habido ninguna negociación! Esto debe quedar claro. Porque la soberanía del país, la dignidad de la patria, no se negocia”, determinó el presidente Ortega, en su discurso que de forma inevitable quedará plasmado como referencia en la historia de América Latina y el Caribe, y del mundo.
El máximo líder de la Revolución Sandinista, refirió que “de parte del Gobierno de los Estados Unidos, como les decía, no hemos pedido absolutamente nada, ¡Nada! Esto no es un trueque, esto no es un “te doy esto y me das aquello”. ¡No! Esto es un asunto de principio, de dignidad…”.
Asimismo, sobre la situación señaló que “lo que hace es confirmar que están retornando a un país que es el que los ha utilizado, sus gobernantes, no el pueblo norteamericano, sus gobernantes los han utilizado para sembrar el terror, la muerte, la destrucción, aquí en Nicaragua”.
Un mensaje de paz para Nicaragua
En ese contexto, Daniel Ortega, promotor de la paz a lo largo de la historia nicaragüense, describió la decisión como un pronunciamiento encaminado en la dirección de proteger la tranquilidad de la nación.
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“Esto no es más que un mensaje para la paz, para la estabilidad, para que el pueblo nicaragüense esté convencido que todo lo que hacemos es para asegurar la paz”, específico.
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El jefe del Estado de Nicaragua, finalizó su pronunciamiento destacando que “ahora que salieron los golpistas, los mercenarios, bueno, respiramos más Paz aquí en Nicaragua…”.