Rusia ha afirmado que Ucrania está llevando a cabo bombardeos con municiones de racimo en instalaciones civiles dentro del territorio ruso, cometiendo crímenes de guerra.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó que «el Gobierno de Kiev no muestra reservas en atacar objetivos civiles ni en el uso de munición de racimo”.
“No se limitan a instalaciones militares, sino que apuntan al centro de la ciudad, donde no existen tales objetivos militares», declaró Peskov, ante la prensa.
A su vez, destacó que áreas como la región de Bélgorod han sido constantemente bombardeadas con proyectiles y misiles presuntamente provenientes de países como Alemania, Francia, Italia y Estados Unidos.
Las bombas de racimo, han sido prohibidas en más de 100 países, debido a que es un tipo de armas que contiene múltiples submuniciones.
Residentes de provincias rusas huyen de ataques
En medio de estas tensiones diplomáticas, las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, han denunciado una serie constante de ataques con proyectiles, drones y otras incursiones desde el lado ucraniano, lo que ha obligado a los residentes a buscar refugio en zonas más seguras.
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Bélgorod, en particular, ha sufrido fuertes embates con incursiones de grupos de sabotaje desde Ucrania en los últimos meses, con ataques persistentes a los municipios fronterizos mediante lanzacohetes múltiples, morteros y drones.
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La escalada de tensiones alcanzó un álgido punto el pasado 30 de diciembre de 2023, cuando un ataque del Ejército ucraniano al centro de la ciudad mencionada provocó la muerte de 25 personas, incluyendo cinco niños, y dejó a otras 109 personas heridas.