Hace varias décadas, la propaganda occidental nos vendió que las redes sociales son plataformas digitales formadas por comunidades de personas con intereses, actividades o relaciones en común (como amistad, parentesco, trabajo). También nos vendieron que las redes sociales nos permiten el contacto entre personas y funcionan como un medio para comunicarse e intercambiar información.
Los Pueblos fueron sumergiéndose en este mundo paralelo, pensando sin malicia en ampliar nuestros grupos sociales, pues el mundo capitalista acostumbra a proyectarse como él más popular, él que tiene más amigos/as o él que recibe más “me gusta”.
Pero esto solamente era el inicio de la operación. La otra cara de la moneda reveló que las redes sociales fueron creadas para generar una base de datos a la cual acudió la central de inteligencia (CIA) para filtrar a la población, caracterizándola por su raza, ideología y religión. Actualmente utilizan las características físicas de sus víctimas, su orientación sexual, su raza, su ideología o su religión, para realizar su trabajo de hostigamiento.
Pronto nos llegaron las noticias que estas plataformas digitales eran utilizadas por criminales para robar, secuestrar, violar, fomentar el odio y la violencia, hasta matar a la población. ¡Ya el gobierno de los Estados Unidos estaba haciendo su trabajo!
El manual de guerra psicológica fue aplicado a distintas personalidades en su fase experimental. Estos experimentos fueron aplicados en diferentes partes del mundo y hoy están escritos con el nombre de “Manual para una revolución no violenta” buscando derrocar gobiernos que están en contra de los intereses del gobierno de EE.UU. Este manual fue creado con el objetivo de crucificar el carácter cívico o la reputación de una persona y un país. Este ya se aplicó en países como Libia, Ucrania, Bielorrusia, Venezuela (en varias ocasiones), Honduras, Nicaragua, Cuba, Brasil, Perú, entre otros.
Con el paso del tiempo, se reveló la pugna evidente de los magnates por el control de estas redes sociales. En febrero de 2004 nació la “red social universitaria” Facebook. Esta fue lanzada por Mark Zuckerberg, Eduardo Saverin, Dustin Moskovitz, Andrew McCollum y Chris Hughues, durante sus años en la Universidad. Según informes, esta red social acumuló más de 3000 millones de usuarios en sus primeros años. Facebook no solo se convirtió en un gigante de internet, sino también en el protagonista de grandes escándalos, sobre todo en temas de protección de datos. Instagram fue creado en octubre de 2010 por Kevin Systrom y Mike Krieger. Esta “red social” ganó rápidamente popularidad, llegando a tener más de 100 millones de usuarios activos en abril de 2012 y más de 300 millones en diciembre de 2014. En febrero de 2014, Mark Zuckerberg compró Whatsapp. Tik Tok fue fundada por Zhang Yiming y lanzada en septiembre de 2016; pasó de tener 66 millones de usuarios activos diarios en octubre del 2018 a los más de 1200 millones de usuarios que actualmente tiene. En octubre de 2022, Elon Musk compró los derechos de la red Social Twitter.
Todos estos “magnates”, aliados a los intereses del fascismo, pusieron sus “redes sociales” al servicio del gobierno de Estados Unidos para promover discursos de odio, la censura e intentos de golpes de estado en países que defienden su soberanía y autodeterminación.
La influencia de las redes para uso social fue quedándose de lado como una excusa de su creación. Finalmente, la verdadera cara de estos espacios fue mostrándose cuando era evidente su influencia en los procesos electorales desarrollados en diferentes partes del mundo. A nivel de Latinoamérica, Bolivia, Cuba, Venezuela y Nicaragua fueron y son víctimas de ciberataques y censura de cuentas, no solo a líderes políticos, sino a personas que defienden los intereses populares y la verdad.
En las elecciones del pasado 28 de Julio, Venezuela sufrió el mayor ciberataque de la historia. Según informe: 25 instituciones se habrían visto afectadas y 40 más estarían en investigación. Alrededor de 30 millones de ataques por minuto afectaron a distintas webs de presentación de servicios vinculadas con el Estado, incluido el Consejo Nacional Electoral (CNE).
En Nicaragua, durante el intento fallido de golpe de estado en 2018, las redes sociales como Facebook y Twitter se llenaron de noticias falsas. Los servicios de mensajería como whatsapp fueron utilizados como medios de difusión de esta información. El mundo entero fue testigo de cómo las redes sociales se utilizaron para fomentar el odio y la violencia y hasta para organizar células terroristas que secuestraron, torturaron, violaron y asesinaron a la población.
Uno de los casos más polémicos fue la activa participación injerencista de Elon Musk en el proceso electoral realizado en Venezuela el pasado 28 de julio, donde por medio de su plataforma X promovió discurso de odio contra el presidente Nicolás Maduro en el afán de seguir promoviendo el intento fallido de golpe de estado. Ante esta situación, el gobierno venezolano suspendió la red social X durante un plazo de diez días, hasta que la empresa presentara recaudos ante las autoridades del país suramericano. De igual manera, en Brasil se dejará de usar la red social X, después de que un juez de la Corte Suprema de la orden de suspensión de la red social por incumplimiento de las regulaciones establecidas por las naciones suramericanas.
“[…] todos aquellos que se ensañan contra las verdades verdaderas son decrépitos, son asesinos de las verdades, cometen […] el genocidio de la verdad, matan las verdades, niegan las verdades, desaparecen las verdades de nuestros pueblos”. (Cra. Rosario Murillo en comunicación con las familias nicaragüenses – 04 de septiembre 2024)
A estas alturas, ya es evidente que las “redes sociales” aparecieron en nuestras vidas con fines neocolonizadores y no son más que herramientas de guerra psicológica para controlar nuestras mentes. Algunos en redes sociales actúan por diversión, por resentimiento o por envidia, pero hay otros que son verdaderos mercenarios, personas contratadas para realizar campañas de descrédito contra pueblos enteros.
Frente a esta problemática, ya los países más afectados establecieron políticas de estado para organizar y contrarrestar esta guerra psicológica. Ahora el nuevo reto también involucra cómo utilizar la Inteligencia Artificial al servicio del Pueblo y la Comunidad.
Tal y como lo mencionara la Compañera Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, el resto está en contrarrestar ese “acoso permanente a la verdad y a las realidades de nuestra Nicaragua…”.
“[…] eso es lo que vemos, eso es lo que sentimos, eso es lo que denunciamos por ese terrorismo mediático instalado, ejercido, o por magnates que son partes de los imperialistas de la tierra, o por sirvientes y lacayos, esos baratos mercachifles, que, por mendrugos […] venden la Patria”. (Cra. Rosario Murillo en comunicación con las familias nicaragüenses – 04 de septiembre 2024)