Jugar videojuegos puede disminuir el estrés corporal, incluso cuando los jugadores aseguran sentirse alterados o tensos durante la experiencia, concluyó una reciente investigación publicada en International Journal of Psychophysiology.
El estudio, liderado por Gary Wagener y citado por PsyPost, analizó las reacciones de 82 adultos de entre 18 y 40 años mientras jugaban el título A Plague Tale: Requiem, un juego de aventura con pasajes tanto violentos como pacíficos.
Todos los participantes contaban con experiencia previa en videojuegos y un promedio de juego semanal de entre cuatro y cinco horas.
Para generar un estado inicial de tensión, se utilizó una prueba estandarizada de inducción de estrés (SECPT), que consiste en sumergir la mano en agua helada mientras el sujeto es evaluado de manera constante.
Posteriormente, los voluntarios fueron divididos en dos grupos: uno jugó escenas violentas y el otro, secuencias no violentas.
Durante y después del juego, los investigadores monitorearon variables como la frecuencia cardíaca, el nivel de cortisol en saliva y la percepción subjetiva del estrés.
Los resultados mostraron que, en ambos casos, el estrés fisiológico disminuyó de forma significativa, independientemente del tipo de contenido jugado.
Aunque quienes enfrentaron escenas violentas manifestaron sentirse menos relajados, los indicadores fisiológicos contaron otra historia.
En ese sentido, los científicos sugieren que esta diferencia puede estar relacionada con la interpretación cognitiva del desafío, ya que las escenas violentas fueron vistas como más exigentes.
Con más de 3.000 millones de jugadores a nivel mundial, los videojuegos se consolidan no solo como una forma de entretenimiento, sino también como una vía de alivio emocional. De hecho, el 89 % de los jugadores encuestados afirmó que esta actividad les ayuda a reducir el estrés.