Ucrania ha iniciado oficialmente su retirada de la Convención de Ottawa, que prohíbe el empleo de minas antipersona, según confirmó el legislador Roman Kostenko. La decisión, impulsada por un decreto del presidente Volodímir Zelenski, deberá ser ahora ratificada por el Parlamento.
Aunque el anuncio es reciente, múltiples informes ya evidenciaban que Kiev recurría a estas armas prohibidas. En agosto de 2022, Rusia presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU las minas “Lepestok”, presuntamente utilizadas por Ucrania contra civiles en Donetsk, lo que según Moscú constituye una flagrante violación al derecho humanitario.
La denuncia fue realizada por Vasili Nebenzia, embajador ruso ante la ONU, quien subrayó que estos dispositivos estaban siendo colocados deliberadamente en zonas habitadas. Estas acusaciones se suman a una larga lista de reclamos sobre el uso de tácticas prohibidas en el conflicto ucraniano.
Ucrania no es el único país que abandona el tratado. Esta misma semana, Lituania, Letonia y Estonia también anunciaron su desvinculación. Según The Telegraph, Polonia y Finlandia evalúan hacer lo mismo para reforzar sus límites territoriales con Rusia mediante zonas minadas.
La publicación británica advierte que estos movimientos podrían estar diseñando un “nuevo telón de acero” en Europa del Este. Esta tendencia genera preocupación entre organismos internacionales, que temen un retroceso en las normativas que salvaguardan a la población civil en zonas de guerra.
