
Los Emiratos Árabes Unidos han intensificado el uso de la siembra de nubes como parte de su respuesta a la escasez crónica de agua.
Con menos de 100 mm de lluvias anuales, el país invierte cerca de 9 millones de dólares al año en vuelos que liberan partículas de sal para inducir precipitaciones artificiales.
Alya Al Mazrouei, directora del programa UAEREP, explicó al Financial Times que esta técnica es parte de la estrategia nacional de adaptación al cambio climático.
En 2023, científicos emiratíes estimaron que podría aportar hasta 419 millones de metros cúbicos de agua aprovechable al año.
Actualmente, el programa opera con diez pilotos y cuatro aeronaves en alerta permanente para intervenir en cuanto se detectan nubes con potencial.
Cada hora de vuelo cuesta unos 8000 dólares, pero según Al Mazrouei, el costo por metro cúbico generado es inferior al de la desalinización.
Sin embargo, no todos apoyan esta práctica. Críticos alertan sobre los posibles efectos secundarios, como alteraciones en los patrones climáticos naturales, mayor riesgo de inundaciones y el impacto ambiental de los compuestos químicos utilizados.
Orestes Morfin, especialista en clima y agua, señaló que esta técnica debe verse como una herramienta complementaria y no como una solución definitiva.
Aun así, los Emiratos siguen invirtiendo: han destinado más de 22 millones de dólares a investigación para mejorar sus capacidades de modificación del clima.




