Cuba denunció ante la Asamblea General de la ONU que las sanciones impuestas sin aval del Consejo de Seguridad constituyen “instrumentos de castigo político” que afectan a pueblos enteros y violan gravemente el Derecho Internacional.
“Las medidas coercitivas unilaterales son mecanismos ilegales, presentados como herramientas diplomáticas, pero en realidad dañan a pueblos enteros con la misma agresividad que cualquier forma de violencia directa”, afirmó el representante de Cuba en la ONU, Ernesto Soberón Guzmán.
Cuba subrayó que más de 76 países en desarrollo, equivalentes a más de un tercio de la población mundial, sufren actualmente los efectos de estas políticas, utilizadas de forma unilateral por potencias que buscan imponer agendas geopolíticas al margen de la Carta de las Naciones Unidas.
La delegación detalló que, solo entre marzo de 2024 y febrero de 2025, los daños ocasionados por las sanciones superaron los USD 7.500 millones, afectando la capacidad del país para importar alimentos, combustibles, medicamentos, insumos médicos y bienes esenciales.
“El impacto humanitario es real, palpable y devastador”, advirtió.
Cuba dirigió una crítica directa al gobierno de Estados Unidos, al que acusó de pretender erigirse en “árbitro global” para determinar quién puede producir, comerciar o desarrollarse.
Señaló que la imposición de sanciones económicas sin supervisión multilateral constituye una práctica abusiva y contraria a las normas fundamentales de convivencia internacional.
“El mundo no puede aceptar que un solo Estado, por poderoso que sea, se sitúe por encima del Derecho Internacional. Ningún país tiene autoridad para castigar al resto del planeta”, increpó la delegación.
Cuba instó a la Asamblea General a impedir que estas prácticas se normalicen como armas de presión geopolítica y exigió su eliminación inmediata, total e incondicional.
“Para cumplir verdaderamente con nuestra promesa de no dejar a nadie atrás, debemos eliminar estas medidas inhumanas”, señaló.
