Ofensiva israelí contra instalaciones nucleares podrían causar riesgos ambientales
Ofensiva israelí contra instalaciones nucleares podrían causar riesgos ambientales

Los recientes ataques de Israel a instalaciones nucleares en Irán, han encendido las alarmas internacionales por los posibles riesgos y efectos que podrían desencadenar para la humanidad.

Más allá de las tensiones políticas, expertos advierten sobre las posibles consecuencias ambientales, humanitarias y regionales que implicaría un daño mayor a estos complejos.

La Planta de Enriquecimiento de Uranio de Fordow, está ubicada a unos 60 metros bajo una montaña y cerca de Qom, su infraestructura fue atacada por el gobierno de Israel con el pretexto de detener los avances significativos de Irán.

La infraestructura, está diseñada para resistir ataques con bombas antibúnker. Sin embargo, sus sistemas externos, como el suministro eléctrico, la refrigeración y el flujo de aire, son altamente vulnerables.

Según el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu afirmó que su país “golpeó el corazón del programa de armamento nuclear de Irán” y que los científicos abatidos trabajaban “en una bomba iraní”.

No obstante, expertos como Kelsey Davenport consideran que no se ha presentado “ninguna evidencia clara o convincente” de que Irán esté cerca de fabricar un arma nuclear.

Consecuencias ambientales y nucleares del conflicto

Según la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), los ataques israelíes han afectado tanto las salas subterráneas de Natanz, como la planta piloto de enriquecimiento de combustible.

Rafael Grossi, su director, advirtió que la escalada militar “aumenta la posibilidad de una liberación radiológica con graves consecuencias para las personas y el medio ambiente”. Aunque los niveles de radiación no han variado fuera del complejo, sí se reportaron daños por la pérdida de energía externa.

“El riesgo de radiación allí, que consiste principalmente de partículas alfa, podría ser manejado efectivamente con medidas de protección apropiadas, como respiradores”, declaró Grossi.

Por su parte, el experto Kenneth Petersen, aclaró que la mayor amenaza no es la radiación inmediata, sino la posible liberación de compuestos químicos como el hexafluoruro de uranio (UF6).

“Este material, al entrar en contacto con el agua o la humedad del aire, produce fluoruro de hidrógeno, un gas altamente tóxico que puede formar ácido fluorhídrico, letal y corrosivo” señaló Petersen, por tanto, la gravedad del riesgo dependerá de varios factores, como la cantidad de UF6 liberado y si la explosión altera su composición química.

Según el científico nuclear, Bahram Ghiassee, “la destrucción a gran escala de una planta nuclear en Irán podría generar un desastre, liberando material radiactivo al Golfo Pérsico, afectando gravemente los ecosistemas marinos y alteraría rutas clave de transporte marítimo”.  

Riesgos geopolíticos y posibles represalias

Un ataque directo a Fordow podría no solo dañar la instalación, sino desencadenar represalias. Irán podría responder atacando centros de investigación nuclear en Israel, intensificando un conflicto regional.

Irán ha afirmado que su programa nuclear tiene fines pacíficos y niega cualquier intención de fabricar armas nucleares. A pesar de ello, los bombardeos recientes, como el ocurrido en la planta de Natanz, han generado preocupación internacional por el potencial de una catástrofe ambiental.

“Nuestra evaluación es que, con esta súbita pérdida de energía externa, hay una gran probabilidad de que las centrifugadoras hayan sido severamente dañadas, si no destruidas del todo”, indicó Grossi.