En casi dos semanas, luego de Julia, el huracán que ha golpeado fuertemente a la Costa Caribe Sur de Nicaragua, en plena temporada de ciclones del 2022, la reconstrucción de las zonas afectadas avanza de forma acelerada, al tiempo que las autoridades y los brigadistas trabajan sin descanso, en la asistencia y atención permanente de las familias que sufrieron los efectos del fenómeno natural.
Julia dejó alrededor de 402.6 millones de dólares (14 mil 527.2 millones de córdobas) en pérdidas en el país centroamericano, según lo reportado preliminarmente (el 17 de octubre) por el Comité de Evaluación de Daños y Pérdidas, instalada por el Gobierno de Nicaragua, para «atender los daños ocasionados, así como garantizar la reparación necesaria y la reconstrucción de las zonas perjudicadas».
Julia y su efecto devastador
La tormenta tropical ingresó al territorio nicaragüense la madrugada del domingo 09 de octubre, en huracán de categoría 1; poco después retornó a su intensidad de tormenta, sin embargo, el efecto de las ráfagas y lluvias ocasionaron afectaciones en la infraestructura, viviendas caídas, techos desprendidos, desborde de ríos, sin accesos a las vías terrestres, sistema eléctrico dañado, todo un panorama de destrucción que parecía difícil de reconstruir.
Corn Island, El Rama, Laguna de Perlas, Kukra Hill, Bluefields, El Tortuguero, La Desembocadura del Río Grande, La Cruz de Río Grande, Juigalpa, Teustepe y en tres distritos de Managua, fueron mayormente afectados por Julia, informó la Comisión evaluadora de los daños.
En Tasbapauni, una comunidad del municipio de Laguna de Perlas, que sufrió los golpes mayores de Julia, hubo pérdidas materiales catastróficas, los techos de las casas volaron por la intensidad del viento. En toda esa localidad, las decenas de ciudadanos continúan recibiendo ayuda humanitaria.
Johana Francis García, una madre de 6 niños, originaria de Tasbapauni, , mientras se encontraba cuidando de sus hijos en su vivienda, que no se salvó de la destrucción de Julia, nos relataba que un día antes que la tormenta entrara al Caribe, las autoridades les comunicaron que tenían que irse a un albergue que el gobierno tenía preparado para el resguardo de la vida, «nosotros comenzamos a guardar todo lo necesario, las autoridades empezaron a sacar a todas las personas de la comunidad, antes que la cosa se pusiera más fea».
Francis, comenta, que, al momento del impacto de Julia, ella se encontraba en el albergue con su esposo y sus hijos, el ambiente se sentía tenso, las ráfagas de vientos parecían que nunca iban a parar, las olas del mar retumbaban, el panorama era «horrible, los niños estaban con miedo, hasta yo; había vientos fuertes, los zincs de las casas todos se caían; los niños comenzaron a llorar, yo los puse a mi lado a todos y comenzamos a orar», narra.
«Fue una experiencia difícil para nosotros aquí en la comunidad», pero sabemos que «vamos a construir nuestras casitas otra vez», refiere Heydy Murray, quien también perdió su vivienda en la comunidad garífuna de Orinoco.
El Comité gubernamental indicó que producto de los vientos de casi 140 kilómetros por hora que produjo Julia, más de 30,000 personas fueron evacuadas; 15,000 viviendas resultaron afectadas y 65 caminos presentaron daños.
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«Nosotros llegamos a nuestro lugar siempre con la ayuda de las autoridades, miramos el desastre, nuestra casa, los zincs caídos», rememora Johana Francis.
Asistencia efectiva a las familias
El panorama que provocó el fenómeno meteorológico, en ese momento, desalentó a muchas familias, pero en el poco tiempo, la asistencia del Gobierno de Nicaragua se vio de forma inmediata, lo cual alegró a todos, la garantía de bienestar sembró esperanza para los afectados, destaca Bárbara Ubau, una ciudadanía de Tasbapauni.
«El huracán vino, el domingo, inmediatamente el lunes, el Gobierno ya estaba en Tasbapauni para ayudarnos, entonces dijimos hay esperanza para todos nosotros», manifiesta sonrientemente Bárbara.
«Estoy alegre porque la ayuda está aquí en mi comunidad, las brigadas se encuentran dando un apoyo a mi pueblo, y es un beneficio para nosotros», comparte Darling González, ciudadana de Orinoco.
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Las caravanas de cargamento, enviadas por el Gobierno de Nicaragua continúan saliendo de Managua hacia los territorios afectados, en estos se trasladan alimentos y planes techos que son destinados a las poblaciones que sufrieron las secuelas de Julia. No obstante, las brigadas gubernamentales también se encuentran movilizadas trabajando y acompañando a las comunidades.
«No solo yo estoy recibiendo la ayuda, hay muchas personas a las que el gobierno les está apoyando, con techo, agua, comida, avituallamiento, la ayuda está viniendo a la gente que más lo necesita y a las comunidades», afirma Darling.
La vicepresidenta Rosario Murillo, dijo en una de sus comunicaciones diaria, que las comunidades se encuentran desarrollando sus actividades, además, señaló que el gobierno nicaragüense mantiene activa a todas las instituciones para continuar con la asistencia a la ciudadanía, «la recuperación va bien, en el sentido de la vida cotidiana; la limpieza que hemos estado apoyando, luego, la recuperación del servicio de agua potable, y el comercio, la vida, el trabajo, las familias».
El gobierno no nos ha abandonado, desde que se supo que venía el huracán ha hecho presencia en mi comunidad… nunca perdimos la fe que el apoyo iba a venir y ahora estamos reconstruyendo nuestros hogares, la ayuda está aquí y estamos satisfechos», dijo Murray.
«Lo material se perdió, pero lo mejor es estar con vida, mi familia, mis hijos están a salvos y ahora con lo que nos llegó nos estamos levantando. La ayuda viene con amor hacia nosotros, no estamos solos», expresó Murray.