Al menos 5 bebés han muerto y otros 8 permanecen con graves secuelas después de que fueran inyectados deliberadamente con una dosis letal de potasio, en un hospital público de Argentina.
Hasta el momento, hay 9 personas que fueron retiradas de sus cargos en el Hospital Neonatal Ramón Carrillo, de la ciudad de Córdoba. Sin embargo, solo la enfermera Brenda Agüero de 27 años fue trasladada al Penitenciario de Mujeres de Bouwer, en las afueras de la ciudad.
Según la fiscalía argentina, “hay motivos para presumir que esta persona habría cometido estos hechos de ese modo”. No obstante, el fiscal, Raúl Garzón aseguró que se encuentran “lejos de decir acabadamente lo que ha ocurrido”.
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La detención de la enfermera se realizó luego de la autopsia realizada a dos de las víctimas, donde se determinó que habían muerto en circunstancias complejas. Los cuerpos presentaban 4 marcas de aguja, en lugar de las tres correspondientes a las vacunas reglamentarias en bebés sanos.
La autopsia revela que la causa de muerte fue “hiperpotasemia” causada por “exceso de potasio inyectado de manera intencional” y que ya habían sido descartadas otras patologías, mala praxis o errores que pudiera ocasionar la muerte de los infantes.
Como consecuencia del hecho, también renunció el ministro de Salud de la provincia Diego Cardozo.
El delito imputado a la enfermera Agüero es el de homicidio reiterado calificado. Al momento de su detención, Agüero se encontraba fuera de sus funciones, pues había sido retirada temporalmente por las muertes de los 2 bebés el 6 de junio de 2022. Los tres anteriores habían fallecido en los meses de marzo, abril y mayo de este mismo año.
Según declaraciones de la madre de Agüero, su hija no tuvo nada que ver con la muerte de los niños, puesto que ella se dedicaba a atender a las madres.