Un río de sangre corre en Colombia. Cadáveres decapitados y descuartizados se encuentran a diario; las víctimas son manifestantes en contra del Gobierno de Iván Duque, quienes desaparecen y son hallados con evidente tortura.
Mientras tanto, quienes denuncian, también repudian el silencio de la comunidad internacional ante estos hechos atroces.