Estudio de 45 días descubre medusa capaz de regenerarse indefinidamente.
Estudio de 45 días descubre medusa capaz de regenerarse indefinidamente.

La pequeña medusa Turritopsis dohrnii, prácticamente inmortal y anteriormente clasificada como T. nutricula, fue descubierta durante un estudio de 45 días llevado a cabo por científicos a bordo del buque James Cook, que analizó la zona Clarion Clipperton entre México y Hawaii, en el Océano Pacífico oriental.

Esta medusa, con un diámetro máximo de 4,5 mm, es biológicamente inmortal, ya que puede regresar repetida e indefinidamente a un estado anterior asexual denominado pólipo. De esa forma la criatura puede evitar su muerte por envejecimiento, mientras que otras medusas tienen una longevidad muy corta, de dos a seis meses.

El equipo de investigación utilizó un vehículo operado a distancia (ROV) para fotografiar la vida en las profundidades marinas y recolectar muestras para estudios futuros.

Además de la medusa inmortal, la expedición descubrió otras especies de gran interés científico, como pepinos de mar transparentes, esponjas en forma de cuenco que podrían ser los animales más longevos del planeta con una vida estimada de hasta 15,000 años, y cerdos de mar rosados.

Zona investigada se encuentra en peligro

La zona investigada es parte de las Llanuras Abisales, regiones de aguas profundas que se encuentran a profundidades de entre 3.500 y 5.500 metros. A pesar de cubrir más de la mitad de la superficie terrestre, se conoce muy poco sobre la fascinante vida animal que albergan.

Sin embargo, este tesoro de biodiversidad marina se encuentra en peligro debido a un proyecto de minería submarina que busca extraer metales raros utilizados en la fabricación de paneles solares, baterías de automóviles eléctricos y otras tecnologías verdes.

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«Estas zonas son las menos exploradas de la Tierra. Se estima que solo una de cada 10 especies animales que viven aquí abajo ha sido descrita por la ciencia», afirma Thomas Dahlgren, ecólogo marino de la Universidad de Gotemburgo y del instituto de investigación NORCE y uno de los científicos a bordo del James Cook.

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En este sentido, los descubrimientos recientes de esta expedición resaltan la urgencia de proteger las profundidades marinas y sus ecosistemas frágiles.