128 millones de niños y 122 millones de niñas no asistieron a la escuela en 2023.
128 millones de niños y 122 millones de niñas no asistieron a la escuela en 2023.

La deserción y el rezago escolar ante la falta de inversión en educación está generando un costo exorbitante: 10 billones de dólares anuales para la economía global, según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

El mencionado monto, equivalente al PIB conjunto de Francia y Japón, se debe principalmente a la deserción y las deficiencias en los sistemas educativos.

Según la UNESCO, en 2023, aproximadamente 128 millones de niños y 122 millones de niñas no asistieron a la escuela en todo el mundo. Además, el 70 % de los niños de 10 años en países de ingresos bajos y medios no pueden comprender un texto sencillo.

«El precio de la inacción», publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reveló las alarmantes consecuencias de no garantizar una educación de calidad para todos. El informe estima que para el año 2030, esta cifra alcanzará niveles aún más críticos.

Aunque se han realizado esfuerzos y se han logrado avances, la UNESCO recuerda que la educación sigue siendo inaccesible para muchos niños en el mundo. Un dato preocupante: 250 millones de niños y niñas aún no tienen la oportunidad de ir a la escuela.

«Las personas con menos formación tienen menos competencias, los trabajadores poco cualificados ganan menos, las personas con rentas bajas pagan menos impuestos, lo que significa que los gobiernos tienen menos recursos para invertir en sistemas educativos accesibles a todos», explicó Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.

La organización destacó que el déficit de competencias es del 94 % en el África Subsahariana, del 88 % en Asia Meridional y Occidental, del 74 % en los Estados Árabes y del 64% en América Latina y el Caribe.

La educación como motor del desarrollo

A pesar de este panorama desalentador, el informe también ofrece un mensaje esperanzador: invertir en educación de calidad es una de las mejores inversiones que se pueden hacer.

«La educación es una inversión estratégica, una de las mejores inversiones posibles para los individuos, las economías y el conjunto de la sociedad», afirma Azoulay.

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De hecho, el estudio estima que, si los países redujeran un 10 % la tasa de abandono escolar prematuro, el PIB mundial podría crecer entre un 1 % y un 2 % anual.

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En este sentido, la UNESCO hace un llamado urgente a los gobiernos y a la comunidad internacional para que redoblen sus esfuerzos en pro de la educación.