“El pájaro atraviesa la transparencia, sin manchar el día”, cantó el poeta chileno Pablo Neruda. Las aves han inspirado canciones, poemas y hasta películas a lo largo de las décadas. Y son un elemento tan cotidiano que pocas veces pensamos en la posibilidad de que las mismas se extingan; como de hecho está ocurriendo.

Las aves migratorias conectan miles de ecosistemas alrededor del mundo.

Por eso es que este 9 de octubre se celebra el “Día Mundial de las Aves Migratorias”, como una forma de hacer consciencia para la conservación de estas aves, y sobre todo sus hábitats.

De las diez mil especies de aves que existen en todo el mundo, alrededor de mil ochocientas son consideradas total o parcialmente migratorias. Muchas de estas vuelan un promedio de diez a doce mil kilómetros en dos meses obedeciendo a los cambios de estaciones y a la llegada del invierno en los distintos hemisferios de la tierra.

Durante el invierno muchas aves migran a regiones cálidas en búsqueda de alimento.

De hecho, esta efeméride se celebra dos veces en el año: el segundo sábado de mayo y el segundo sábado de octubre, que son las fechas aproximadas en que se dan las grandes migraciones a nivel mundial por medio de distintas rutas:

Ruta atlántica norteamericana, africana-euroasiática, Ruta del Pacífico Occidental, Central Norteamericana, Centroasiática, etc. Son más de diez rutas que abarcan miles de kilómetros, desde Alaska hasta Chile y desde Siberia hasta el África, donde las aves se desplazan para encontrar alimento o para reproducirse.

Durante el viaje, muchas se detienen solo para dormir.

Las aves acuáticas siguen los ríos, lagos y lagunas como guía en su vuelo. Las aves terrestres vuelan sobre la tierra, evitando largos trechos sobre el mar. Sin embargo, aunque vuelen cientos de metros sobre la tierra o el mar, lejos en apariencia del alcance humano, es la actividad humana el principal peligro para las aves migratorias.

Destrucción de cuerpos de agua, la agricultura industrial, la destrucción de los hábitats, el cambio en el uso de suelo, el uso de pesticidas, la contaminación, la caza ilegal; entre otros factores, contribuyen a la disminución de las poblaciones migratorias.

La reproducción es también un factor que determina el por qué las aves migran.

Según un estudio elaborado en 2019 por BirdLife International, solo en la península arábiga, Irak e Irán se caza o se captura ilegalmente entre 1.7 a 4.6 millones de aves cada año, muchas de ellas en condición de migración. Pero ¿Por qué es importante detener las amenazas para las aves migratorias?

Las aves migratorias contribuyen a evitar la propagación de plagas alrededor del planeta. También son un símbolo de un ecosistema sano. “Las aves migratorias conectan personas, ecosistemas y naciones. Son Símbolo de paz y de un planeta interconectado”, afirmó el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres en mayo de 2020.

La captura ilegal amenaza a millones de aves migratorias, representando un peligro para los ecosistemas.

Las aves migratorias son quizás uno de los más evidentes indicios de un planeta con recursos finitos y de espacios compartidos, nos guste o no. Que un ave regrese al mismo sitio significa que su camino no se ha truncado, que aún existen posibilidades para ella y para nosotros los humanos.

De lo contrario, la certeza de un futuro para toda forma de vida, desaparece.  “…el hombre anda perdido si no vuela… aprendí de las aves la sedienta esperanza, la certidumbre y la verdad del vuelo”, finaliza Neruda en su poema El Vuelo.

La contaminación es una grave amenaza. Para 2050 el 99% de las aves del mundo tendrá residuos plásticos en su organismo.