El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, rechazó la política exterior de guerra económica implementada por Estados Unidos y denunció las medidas coercitivas en contra de Cuba, Venezuela y Nicaragua, ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En su discurso en el 78° período de sesiones de la ONU, Díaz-Canel, recalcó que “Cuba es el país que ha soportado por más tiempo medidas coercitivas unilaterales. No fuimos los primeros y no somos los últimos. Las presiones para aislar a Estados soberanos hoy afectan también a Venezuela, Nicaragua…”.
Cuba sufre un bloqueo económico asfixiante
Asimismo, destacó: “No puedo pasar por esta tribuna mundial sin denunciar, otra vez, que hace 60 años Cuba sufre un bloqueo económico asfixiante, concebido para deprimir sus ingresos y nivel de vida, provocar escasez continua de alimentos, medicinas y otros insumos básicos y coartar sus potencialidades de desarrollo”.
El presidente del país caribeño, también rechazó “las medidas punitivas unilaterales impuestas a países como Zimbabue, Siria, la República Popular Democrática de Corea e Irán, entre otros muchos cuyos pueblos sufren el negativo impacto de estas”.
Además, enfatizó en que no existe una sola acción realizada por La Habana que perjudique a Estados Unidos, ni en su sector comercial, económico o tejido social, ante las acusaciones de Washington sobre que Cuba representa una amenaza para la nación norteamericana.
“No existe acto alguno de Cuba que amenace la independencia de Estados Unidos ni su seguridad nacional, que lacere sus derechos soberanos, interfiera en sus asuntos internos o que afecte el bienestar de su pueblo. La conducta estadounidense es absolutamente unilateral e injustificada”, argumentó Díaz-Canel.
“El gobierno de los Estados Unidos miente y hace un enorme daño a los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo cuando acusa a Cuba sin fundamento alguno de ser un país patrocinador de ese flagelo, amparados en esa arbitraria y fraudulenta acusación extorsionan a cientos de entidades bancarias y financieras en todas partes del mundo y las obligan a elegir entre continuar sus relaciones con los Estados Unidos o mantener sus vínculos con Cuba. Nuestro país sufre un cerco real, una guerra económica extraterritorial, cruel y silenciosa”, advirtió.
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En ese sentido, el mandatario cubano manifestó la necesidad de una “transformación profunda” del sistema financiero global, debido a que ha demostrado ser un modelo injusto, anacrónico y disfuncional, cuyo objetivo es mantener un mecanismo de dominación y “reproducir un sistema de colonialismo moderno”.
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“Urge una recapitulación de bancos multilaterales y de desarrollo para mejorar radicalmente sus condiciones de préstamos y satisfacer las necesidades financieras del Sur”, precisó en su alocución el líder cubano, para luego reafirmar que “también es imperativo establecer criterios que vayan más allá del PIB para definir el acceso de los países en desarrollo a la financiación en condiciones favorables y a la cooperación técnica adecuada”.