La estabilidad en la economía nicaragüense no está exenta a los daños colaterales originados por distintas situaciones, incluyendo las del contexto internacional y las calamidades climáticas. Sin embargo, la nación ubicada en el corazón de Centroamérica, ha aplicado políticas financieras apropiadas y oportunas que han permitido mantener a flote su crecimiento económico en el año 2021, y cuenta con perspectivas positivas para el 2022, según el Banco Central de Nicaragua.
El reciente informe “Estado de la Economía y Perspectivas” a mayo de 2022, emitido por el ente bancario nacional, ha detallado que el desempeño económico nicaragüense “atraviesa por una etapa de dinamismo”, principalmente por la reducción en las afectaciones de la emergencia sanitaria, a través del progreso en vacunación “a nivel global e interno”, sumado a la demanda externa que ha generado mayores “exportaciones nacionales y flujos externos en general”.
¿Cómo ha logrado Nicaragua mantener una estabilidad económica?
La Tierra de Lagos y Volcanes, ha sorprendido en más de una ocasión con índices económicos, incluso haciéndole frente a embates climáticos como dos potentes huracanes que impactaron en su territorio y dejaron cuantiosos daños en 2020; reactivar su economía tras un intento fallido de golpe de Estado en 2018 que promovió precisamente el deterioro del comercio y de las principales actividades monetarias, y ha enfrentado con éxito la crisis sanitaria de la pandemia de la Covid-19 salvaguardando a la vez la economía nacional.
En este sentido, según el BCN, las finanzas públicas mantienen la tendencia positiva observada hasta el cierre 2021, que implica el incremento de la recaudación tributaria. Asimismo, destacó una “política prudente” en términos de gasto, donde el Gobierno de Nicaragua ha priorizado el gasto social en salud y la inversión en infraestructura productiva, que ha garantizado la estabilidad y consolidación fiscal.
Estos registros son confirmados en el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) a febrero, donde se evidencia que las actividades económicas “continúan consolidando su reactivación”, con un crecimiento interanual del 4.7 %.
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Además, el IMAE muestra que la tasa de desempleo sigue en descenso, con un 4.2 % entre enero y marzo del 2022, “inferior a la observada previo a la pandemia”. El aumento en la afiliación al Instituto Nicaragüense Seguridad Social (INSS), ha sido notable en abril con 20,601 trabajadores, respecto a diciembre del año pasado.
El BCN detalló que la política monetaria acomodaticia sigue vigente, las variables monetarias actúan de manera oportuna y el mercado cambiario cuenta con estabilidad. También comunicó que la intermediación financiera fue acertada, desarrollando el crecimiento de los depósitos a tasas de dos dígitos, logrando de esta forma disponer recursos crediticios.
Desafíos y expectativas 2022 en la economía nicaragüense
El actual contexto internacional, al igual que para todas las naciones del mundo, plantea nuevos desafíos en Nicaragua. El BCN apunta a que estos retos estarán enfocados principalmente a la inflación que se agudiza debido a factores externos como “las restricciones de oferta asociadas a la pandemia, el choque geopolítico del conflicto en Ucrania y los confinamientos en China”.
Sin embargo, el primer trimestre del 2022 ha sido clave para la economía de Nicaragua, mostrando flujos externos positivos, esencialmente en las exportaciones y remesas familiares.
Ante un “entorno externo mixto” para la economía nicaragüense y el desarrollo positivo de la “actividad económica doméstica” en los primeros meses del 2022, se prevé que Nicaragua crecerá en 2022 entre 4.0 % a 5.0 %.