El 7 de marzo de 2025, en medio de la tercera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional, se celebró una conferencia de prensa en Beijing, en la cual el Miembro del Buró Político del Comité Central del PCCh y Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi contestó preguntas de los periodistas chinos y extranjeros sobre el asunto de Taiwán.
Sobre la errónea retórica de algunos países occidentales aireando que, la Resolución 2758 adoptada por la Asamblea General de la ONU no equivale al principio de una sola China, y dicha Resolución no deja clara la soberanía de Taiwán, ni impide la participación de Taiwán en las organizaciones internacionales, el Canciller Wang Yi destacó que, dicha retórica constituye un desafío flagrante a la autoridad de la ONU y el orden internacional tras la Segunda Guerra Mundial, y es más que absurda y peligrosa.
Los que vienen vendiendo esta alegación deben subsanar lo faltante de su sentido común. Taiwán forma parte inalienable del territorio chino. Esto es la historia y la realidad. Este año marca el 80º aniversario de la recuperación de Taiwán.
El Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi expresó que la cooperación entre China y América Latina se basa en principios de igualdad y beneficio mutuo.
— JP+ (@jpmasespanol) March 13, 2025
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Con la victoria en la Guerra de la Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, Taiwán pudo regresar a China. En aquel entonces, los principales países vencedores emitieron la Declaración de El Cairo y la Proclamación de Potsdam, las que estipularon explícitamente que Taiwán, que había arrebatado Japón, sería restituido a China.
Japón, por su parte, también declaró su reconocimiento a la Proclamación de Potsdam y su rendición incondicional. Todo esto ha confirmado la soberanía de China sobre Taiwán y forma parte importante del orden internacional tras la Segunda Guerra Mundial.
En 1971, con la adopción de la Resolución 2758 por abrumadora mayoría, la Asamblea General de la ONU decidió restaurar todos los derechos legítimos de la República Popular China en la ONU y expulsar inmediatamente a los representantes de las autoridades taiwanesas de las Naciones Unidas y en todos los organismos con ellas relacionadas.
De una vez por todas, esta Resolución ha solventado la cuestión de representación de toda China, incluyendo Taiwán, en la ONU, y eliminado cualquier posibilidad de crear “dos Chinas” o “una China, un Taiwán”. La única referencia a la región de Taiwán en la ONU es “Taiwán, Provincia de China”. Taiwán nunca es un país, no en el pasado, ni jamás en el futuro.
Pregonar la “independencia de Taiwán” es secesionar el país, apoyar la “independencia de Taiwán” es intervenir en los asuntos internos de China, y conspirar a la “independencia de Taiwán” es socavar la estabilidad del Estrecho de Taiwán.
El principio de soberanía es la piedra angular de la Carta de la ONU, por lo tanto, ningún país ni persona debe aplicar el doble rasero al respecto. El respeto a la soberanía y la integridad territorial de todos los países debe implicar el respaldo a la reunificación completa de China, y el compromiso con una sola China debe implicar el rechazo a la “independencia de Taiwán” en todas sus manifestaciones.
Hacer realidad la reunificación completa de la patria es un anhelo compartido por todos los hijos de la nación china, lo cual corresponde a la tendencia predominante y la justicia global. Buscar la “independencia de Taiwán” está destinado a un resultado contraproducente, y aprovechar Taiwán para contener a China no es sino un intento fútil. China va a lograr la reunificación, y esto es imparable.