La política del “gran garrote”, promovida desde las primeras décadas del siglo XX por Estados Unidos, para ejercer el dominio entre los países del norte, centro y sur de América, sigue muy vigente en la actualidad.

Sin embargo, ante una nueva realidad global, existen varios países de la región, que continúan resistiéndose a ser el “Patio Trasero” del gobierno norteamericano.

En los últimos años, el modelo político alineado a los Estados Unidos, conocido como Neoliberalismo, ha entrado en una crisis profunda de legitimidad, al replicar un sistema de vida que no brinda respuesta a las demandas de las grandes sociedades.

Un ejemplo de ello, es el tambaleante escenario que vive Chile, cuna del neoliberalismo en Suramérica.

Esta nación, se juega un cambio irreversible de su sistema político-económico y social, con la formulación de una nueva constituyente, que exterminaría la herencia pinochetista que ha dejado a millones en la pobreza y el endeudamiento, defendida con represión y muerte por el presidente Sebastián Piñera.

Brasil, bajo la gestión de su actual presidente Jair Bolsonaro, ha creado un acrecentado descontento popular por los diversos escándalos de corrupción, sumado al mal manejo de la pandemia de la COVID-19.

Por su parte, Colombia, punto estratégico de Estados Unidos en la región, vive nuevas jornadas de protestas contra décadas de sometimiento, desigualdad, crímenes de lesa humanidad, violencia parapolicial y un criminal cerco mediático, que limita las voces de una nación que necesita ser escuchada.

En el mapa político, también se ha establecido un fuerte bloque de naciones que se resisten a someterse a la Doctrina Monroe. México, desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador, el Presidente Daniel Ortega y la Revolución Sandinista en Nicaragua o la histórica lucha del pueblo venezolano, en la defensa de su soberanía petrolera.

Bolivia, después de derrocar a través de las urnas un golpe de Estado organizado por la administración Trump, logrando regresar al poder al Partido Movimiento al Socialismo, encabezado por Evo Morales y en la presidencia Luis Arce Catacora.

Y por último y no menos importante, Cuba y su resistencia tras un bloqueo que lleva décadas y recientemente una guerra no convencional, que fue derrotada por la organización del gobierno y el pueblo cubano, reiterando su posición de defensa a su autodeterminación.

Perú, es el más reciente giro a la izquierda en Latinoamérica, y una nueva derrota para Estados Unidos, luego que el maestro Pedro Castillo se proclamara como presidente de esta nación.

Cada vez, se configura un nuevo escenario político en Latinoamérica, que va de la mano de un mundo multipolar que ya no se alinea a los intereses de una sola nación, sino a la de sus propios pueblos.