Los pronósticos de crecimiento para la economía de Rusia, son bastante alentadores. El Fondo Monetario Internacional (FMI), ha mejorado sus proyecciones de crecimiento del país euroasiático, en un 0,3 % en 2023, y hasta 2,1 % en 2024, mientras prevé números negativos para Estados Unidos y la eurozona.
El organismo, en octubre de 2022, había pronosticado que la economía de Rusia experimentaría un descenso del 2,3 %, sin embargo, ahora las estimaciones son más objetivas, según expertos en la materia, y el horizonte más claro, pese al paquete de sanciones impuesto por Occidente.
Para el director general de la agencia informativa Sputnik, Capital Management, los vaticinios tienen que ver mucho con la resistencia de la economía rusa, basada en las industrias subyacentes.
En este sentido, el experto refirió que tanto el FMI como Bloomberg, han referido que lo que está empujando la economía de Rusia es precisamente la metalurgia, producción de materiales de construcción, ingeniería mecánica y el complejo industrial militar.
Hasta hace una semana, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), detalló a través de un informe que “el fortalecimiento de la moneda rusa, debido a un gran superávit por cuenta corriente y a los controles de capital, ayudaron a estabilizar la inflación”.
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Por su parte, el Fondo Monetario Internacional, a través del reporte “Perspectivas de la Economía Mundial”, proyectó que el crecimiento de la economía de la eurozona se contraiga hasta un 0,7 %, este 2023; y prevé que el PIB de Estados Unidos se desplome hasta 1,4 %, en este año.
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Los líderes de países de Occidente, curiosamente han comenzado a conformarse con que los números sean “menos malos” que lo esperado, pese al lúgubre movimiento económico que se proyecta para este año, donde se espera una desaceleración marcada por la crisis energética.