El Gobierno de Nicaragua reafirmó su retiro de la OEA, por considerarlo un instrumento de injerencia de los EE.UU.
El Gobierno de Nicaragua reafirmó su retiro de la OEA, por considerarlo un instrumento de injerencia de los EE.UU.

Nicaragua ha marcado un hito histórico en la política internacional. La nación ubicada en el corazón de Centroamérica ha expulsado a la Organización de Estados Americanos (OEA), de su territorio nacional, con un argumento basado en la defensa de su independencia, soberanía y autodeterminación de los pueblos.

¿Por qué Nicaragua expulsó a la OEA?

El 24 de abril de 2022, será recordado en el continente, como el día en que Nicaragua expulsó al organismo internacional y cerró su sede local en la capital; rechazando la “injerencia extranjera en los asuntos internos de los nicaragüenses”, según ha expresado el Gobierno de Daniel Ortega, en reiteradas ocasiones.

En el reciente comunicado precisado por el Ministerio de Asuntos Exteriores nicaragüense, se reiteró la decisión del 19 de noviembre del 2021, sobre abandonar la OEA.

Además, el país desconoció lo que consideró un “instrumento de administración colonial, que no representa en ningún momento la unión soberana de Nuestraméricacaribeña”, y catalogó al ente continental de ser un “instrumento del imperialismo yanqui, para violentar derechos e independencias, auspiciando y promoviendo intervenciones e invasiones, legitimando golpes de Estado”.

OEA en decadencia en América Latina y el Caribe

En los últimos años, la OEA ha sido fuertemente cuestionada en la región. EFE/ Juan Manuel Herrera/OEA

El organismo creado en 1948 en aras de “promover la paz, la justicia, la democracia y la solidaridad” en el continente, desde hace años se encuentra en crisis, ante los distintos cuestionamientos de líderes regionales.

Los señalamientos en contra de la OEA, van desde ser un instrumento político estadounidense y mantener un doble rasero: al cegarse y enmudecer sobre claras violaciones de derechos humanos en determinadas naciones, pero enfrascarse con ímpetu, contra gobiernos progresistas que no representan los intereses de Washington, hasta de promover golpes de Estado contra gobiernos electos democráticamente.

El analista internacional y director del Consejo de Asuntos Hemisféricos, Patricio Zamorano, declaró recientemente a JP+ que, “en este último tiempo bajo la administración de Luis Almagro, la OEA, lejos de ser un puente de diálogo o de encuentro, se ha transformado en portavoz de una agenda muy particular, muy específica que en este caso es la agenda de los Estados Unidos”.

Golpes de Estado promovidos por la OEA

En recientes declaraciones a un medio nacional nicaragüense, el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada Colindres, acusó al organismo internacional de ser cómplice y promover golpes de Estado, entre los que fracasaron y los que se concretaron.

En las últimas dos décadas, en América Latina han ocurrido “por lo menos 10 golpes de Estado” o en su defecto intentos de estos, “en los cuales la OEA ha estado jugando un papel de agente de los Estados Unidos”, en países como Venezuela, Haití, Honduras, Paraguay, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, destacó Moncada.

La historia reciente de la OEA, dejó un trago amargo en la política internacional, y dio una estocada certera a la credibilidad del organismo americano, cuando esta jugó un papel determinante en el golpe de Estado ejecutado en Bolivia contra Evo Morales Ayma, incidiendo abiertamente en la ruptura del orden constitucional y democrático de la nación andina.

La polémica desatada en Bolivia, las muertes y agresiones que desencadenaron el violento golpe de Estado, la persecución, asedio y violación de derechos humanos contra los pueblos indígenas quienes simpatizaban con Morales, mientras la OEA aviva estas acciones con ella se consumían los restos de los principios que en teoría promovía desde sus máximos representantes.  

Ante tal situación, Zamorano manifestó que, “la OEA cumplió un pésimo papel cambiando la historia de Bolivia por un año, hay que recordar que hubo un golpe de Estado contra Morales, y un gobierno de facto durante un año, y un año después se elige nuevamente al sector de Evo Morales como presidente, entonces la OEA quedó muy debilitada nuevamente en ese sentido”.

Asimismo, sobre este derrumbe ético del organismo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó que, “no debe descartarse la sustitución de la OEA, por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie”, en clara referencia a la incidencia de EE.UU. en esa institución.

Injerencia de la OEA en Nicaragua

Abril de 2018, en Nicaragua, se aprueban distintas reformas al Seguro Social, lo que serviría como excusa para iniciar una escalada de violentas protestas, nunca antes vista en la nación centroamericana, promovida y ejecutada por grupos opositores. Sin embargo, el verdadero objetivo, se va develando conforme los días transcurren; un golpe de Estado se gestaba contra el Gobierno de Daniel Ortega, quien había sido reelecto por los nicaragüenses, con un amplio porcentaje en las urnas.

En este sentido, la OEA se alinea a los grupos opositores financiados por los Estados Unidos, e inicia una arremetida sistemática en contra del orden constitucional del país. Tras el fallido intento de golpe de Estado, el desbalance en los “informes de derechos humanos sobre la situación en Nicaragua”, realizados desde el organismo internacional, fue denunciado y refutado por los representantes gubernamentales de Nicaragua.

No importaron las pruebas que las autoridades de Nicaragua presentaban. Los asesinatos, las torturas y secuestros a manos de grupos opositores, eran excluidos de la vista de los representantes del organismo, al igual que la quema y destrucción de infraestructura pública.

Los meses siguientes, las tensiones aumentan y finalmente Nicaragua se convierte en el segundo país del continente, después de Venezuela, en renunciar voluntariamente de la OEA.

Pese a que naciones como Bolivia, México y Argentina rechazaron cualquier injerencia en los asuntos internos de Nicaragua, las arremetidas por parte de la Secretaría General de la OEA no cesaban, por el contrario, aumentaban. Mientras tanto, en países como Chile y Colombia se violaban los derechos humanos de manifestantes verdaderamente pacíficos, y el organismo guardaba silencio sepulcral.

“Argentina rechaza la idea de aplicar sanciones o medidas unilaterales, que lo único que logran es exacerbar las tensiones y perjudicar la situación de las ciudadanas y de los ciudadanos”, expresó el representante argentino en la sesión extraordinaria de la OEA efectuada a finales de noviembre del 2021.

En este contexto, distintos organismos internacionales han manifestado su respaldo a la decisión de Nicaragua. La Secretaría Ejecutiva del ALBA-TCP manifestó en un comunicado que, “respalda la digna, coherente y soberana decisión del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de Nicaragua de expulsar a la OEA y de dejar de formar parte de sus mecanismos”.

Asimismo, la Asociación de Refugiados de Latinoamérica y el Caribe, expresó que “la decisión de abandonar efectivamente la OEA se produce, por tanto, en un contexto regional de denuncia del papel de Estados Unidos, pero también en un contexto mundial en el que el imperialismo yanqui está disminuyendo y debe dejar paso a un mundo multipolar”.  El pronunciamiento emitido desde Bruselas, concluyó esperando que, “la decisión de Managua dé fuerza a otros países latinoamericanos para enfrentarse a Estados Unidos”.