Hungría, liderada por el primer ministro, Viktor Orbán, inició su segunda presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea (UE), en la que pretende promover cambios en distintas políticas del bloque.
En ese sentido, Hungría inaugura su presidencia con un lema que reza «Hagamos a Europa grande de nuevo». Con el argumento de transformar la política del bloque, Orbán pretende formar un nuevo grupo parlamentario.
Entre las prioridades clave de la presidencia húngara se encuentran la competitividad económica, la ampliación de la UE y la inmigración, áreas en las que se anticipan posturas controvertidas.
Este cambio en la presidencia de la UE ocurre en medio de tensiones entre el primer ministro húngaro y los representantes de las instituciones europeas, quienes temen que Orbán pueda incidir en el debate de temas como el suministro de armas a Kiev, el proceso de admisión de Ucrania al bloque o el pacto migratorio.
Desde que asumió el poder en 2010, el partido Fidesz de Orbán ha gobernado con más de dos tercios de los escaños en el Parlamento hungaro, lo que le ha permitido adoptar leyes y reformas legales sin necesidad de buscar el apoyo de la oposición.
Orbán critica a la UE y la expansión de la OTAN al este
En declaraciones previas, Orbán manifestó que Europa «está en crisis» y «se ve cada vez más arrastrada a una guerra en la que el continente no tiene nada que ganar y todo que perder».
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Además, señaló que «la Unión Europea está en declive» debido a las políticas de la élite comunitaria. Orbán, en reiteradas ocasiones ha criticado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y se ha mostrado en contra de la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este de Europa.
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Asimismo, los documentos facilitados por el Gobierno húngaro destacan su compromiso de ser un interlocutor «honesto», con una voluntad de «cooperación sincera» con el resto de los Estados miembros e instituciones, en aras de «la paz, la seguridad y la prosperidad de una Europa verdaderamente fuerte».