El candidato del Partido de los Trabajadores y expresidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, ha presentado una intención de votos del 45 %, en comparación con su principal contrincante y actual mandatario, Jair Bolsonaro, quien ha registrado un 34 % de aprobación, según la agencia de comunicación estratégica, FSB Pesquisa.
A pesar que Bolsonaro contaba una aprobación del 49 % al inicio de su mandato, dos años después, solo el 30 % de los brasileños consideraban su gestión como buena; mientras que el 36 % la desaprobaban abiertamente, según datos de la firma Datafolha.
A parte de sus comentarios señalados de racistas, homófobos y autoritarios, los números tampoco benefician a la gestión de Bolsonaro.
Solamente con la pandemia de la COVID-19, Brasil registró 675 mil personas fallecidas, ubicándolo como el segundo país del mundo más afectado por la enfermedad.
Acerca de los cuestionamientos sobre la gestión de la pandemia por parte de las autoridades, Bolsonaro alegó que lamentaba los muertos, “pero todos vamos a morir. Tienen que dejar de ser un país de maricas”, desde la sede gubernamental del Palacio del Planalto.
También los indicadores sociales han descendido a niveles alarmantes. El desempleo afecta a 12 millones de personas y 20 millones más sufren hambre.
En la jornada de marchas “Bolsonaro Nunca Más”, realizada en abril de 2022, Raimundo Bomfin, coordinador de la Central de Movimientos Populares, manifestó que, “Brasil ya no puede soportar la irresponsabilidad, los crímenes, los horrores y la inhumanidad practicados por el Gobierno”. Además, Bomfin expresó que “Bolsonaro desmanteló el país y dejará un legado de destrucción para la población brasileña y los futuros gobernantes que lo sucederán a partir del próximo año”.
La inflación, en julio, alcanzaba cifras del 10.7 % y la gasolina y el diésel aumentaron un 70 %, y un 90 % respectivamente, durante la gestión del exmilitar de ultraderecha.
Acusaciones de corrupción y lavado de dinero contra Lula
Por otro lado, Lula retorna a la contienda política, tras verse involucrado en acusaciones judiciales por corrupción y lavado de dinero. Esos delitos tuvieron una declaración de culpabilidad, inhabilitando al político de izquierda, y resultó en su encarcelamiento.
Sin embargo, en 2019 es liberado, y en 2021 la justicia brasileña determinó anular las condenas por considerar arbitrariedad en el juicio.
El anunció de la fórmula de Lula, el conservador, Geraldo Alckmin, exgobernador de Sao Paulo, quien fue directamente su contrincante en las elecciones de 2006, también ha desatado la controversia entre los ciudadanos.
En medio de la telaraña de polémicas en la política brasileña, Bolsonaro, se suma otra declaración más de Bolsonaro a la palestra pública, cuestionando el sistema de votación electrónica del país por considerarlo vulnerable al fraude.
En ese momento, el Tribunal Superior Electoral (TSE), increpó administrativamente al mandatario, para que demostrará sus acusaciones; algo que no ocurrió.
Exjueces de la Corte Suprema y del TSE en Brasil garantizaron que “el sistema de votación electrónica está sujeto a auditorías antes, durante y después de la elección”.
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Las Elecciones Generales del gigante sudamericano, se efectuarán el 2 de octubre de 2022, y son alrededor de 148 millones de ciudadanos llamados a ejercer su derecho al voto.
Además de presidente, vicepresidente y representantes del Congreso, se elegirá a gobernadores y vicegobernadores estatales, Asambleas Legislativas Estatales y Cámara Legislativa del Distrito Federal.
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En caso de segunda vuelta, la misma encuesta, realizada por FSB Pesquisa, da a Lula la victoria con un 53 % de intención de voto.