La economía nicaragüense ha mostrado un sólido desempeño en el transcurso de 2023, superando las expectativas a pesar del contexto global de desaceleración económica, según el Banco Central de la nación latinoamericana.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció un 3.8 % en el primer semestre del año, impulsado por sectores clave como hoteles, restaurantes, minas, electricidad, transporte, comunicaciones, intermediación financiera, comercio y construcción. La demanda interna, alimentada por el crecimiento del consumo y la inversión, ha sido un motor esencial.
El Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) hasta julio de 2023 muestra un crecimiento acumulado del 4.1 %, detallando que la actividad económica continuó robusta durante el tercer trimestre.
Ante el sólido desempeño económico, la tasa de desempleo se mantiene baja (3.2% en agosto), respaldada por la estabilidad en el empleo formal. Sin embargo, persiste un rezago en el mercado laboral en comparación con los niveles anteriores a la pandemia, manifestado en una menor participación laboral.
La inflación, aunque ha comenzado a desacelerarse (7.46 % en agosto), muestra cierta persistencia, posiblemente asociada a factores estructurales y rezagos en el traspaso de precios internacionales a los nacionales, indica el ente bancario.
Nicaragua aumenta flujos externos y equilibra cuentas
Por otra parte, en términos de la balanza de pagos, se observa dinamismo en flujos externos como remesas familiares, exportaciones de mercancías, turismo y la inversión extranjera directa. Las importaciones han disminuido, principalmente debido a una menor factura petrolera, aunque la demanda de exportaciones de zona franca ha experimentado una reducción.
El Banco Central de Nicaragua (BCN), detalló que los balances del sector público se mantienen equilibrados, con crecimiento de los ingresos tributarios y una política prudente de gasto público. El Sector Público No Financiero (SPNF) refleja superávit en el acumulado enero-junio de 2023, y la deuda pública a PIB ha disminuido a 60.7% en agosto.
Asimismo, describió que el sector financiero ha experimentado un crecimiento sólido, con un aumento en la actividad crediticia y mejoras en la calidad del crédito y rentabilidad. La estabilidad financiera se atribuye al dinamismo económico, afectando positivamente las expectativas y la capacidad de pago de hogares y empresas.
La política monetaria y cambiaria del BCN ha contribuido a condiciones financieras apropiadas para el crecimiento y la intermediación financiera, manteniendo la Tasa de Referencia Monetaria (TRM) en 7% hasta septiembre.
En este sentido, el mercado cambiario ha demostrado estabilidad y dinamismo, con compras netas de divisas del BCN por cuarto año consecutivo. Las reservas internacionales brutas (RIB) han aumentado, fortaleciendo la capacidad para resguardar el régimen cambiario.
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Igualmente, el BCN ajustó las perspectivas macroeconómicas para 2023, elevando el rango de crecimiento del PIB a 3.0 % – 4.0 %. Se espera una tasa de desempleo estable entre 3.0 % – 3.5 % y una inflación proyectada en 6.0 % – 7.0%, condicionada a la disminución de la inflación internacional y las políticas de subsidio del Gobierno.
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Aunque las perspectivas son favorables, persisten riesgos como conflictos geopolíticos, aumentos en precios del petróleo y alimentos, y el endurecimiento de la política monetaria global. No obstante, Nicaragua ha demostrado fortalezas que mitigarán estos riesgos, como su grado de apertura, ingresos generados por exportaciones y la estabilidad del sistema financiero.