París se niega a reconocer a la junta militar que asumió el poder, desde el golpe de Estado del pasado 26 de julio.
París se niega a reconocer a la junta militar que asumió el poder, desde el golpe de Estado del pasado 26 de julio.

Las autoridades de Níger advirtieron que la presencia de personas y organizaciones, que pretendan socavar los intereses de desarrollo “no son bienvenidas” y deberán abandonar el territorio.

Las declaraciones fueron emitidas, tras conocerse el anuncio del presidente de Francia, Emmanuel Macron, del retiro próximo de su embajador y de las fuerzas militares francesas de la nación africana. 

La agencia internacional de noticias Sputnik, detalló sobre un comunicado donde las autoridades de Niamey, aseguran, que “Cada persona, organización o estructura cuya presencia amenaza los intereses de nuestro país, deben abandonar el territorio de nuestros ancestros lo quieran o no. (…) Las fuerzas imperialistas y neocoloniales no son bienvenidas en nuestro territorio nacional”.

Las reacciones de París

París se ha negado a reconocer a la junta militar que asumió el poder en Níger, desde el golpe de Estado del pasado 26 de julio, y ahora Macron, anunció la retirada del personal diplomático y de los soldados del país europeo que se encuentran en ese territorio, ante el rechazo de los ciudadanos y del nuevo gobierno nigerino.

El presidente francés, detalló sobre el fin de los acuerdos militares y que el retiro de unos mil quinientos soldados será «de forma organizada antes de que termine al año».

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Macron añadió que el país galo siempre estará dispuesto a colaborar en la lucha contra el terrorismo “Yihadista”, y enfatizó en que la petición tendría que provenir de gobiernos constituidos democráticamente o de organismos regionales africanos.

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Níger es considerado uno de los países que aún en el siglo XX1, sufrían los estragos neocoloniales franceses; y sus nuevos representantes han denunciado que fueron gobernados por líderes impuestos desde Occidente; lo que facilitaba el crecimiento económico de los galos, por medio de la extracción de los recursos naturales, como el uranio, el cual se llevaba a Paris, adquirido al bajo costo de 0.84 centavos de dólar, mientras el kilo en el mercado internacional, se cotizaba a más de 200 dólares.