La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), aprobó en consenso una resolución que condena toda forma de violencia contra personas por su religión o creencias, considerándolos actos que constituyen una violación del derecho internacional.
El pronunciamiento condenatorio incluye el rechazo a los ataques contra símbolos religiosos, libros sagrados y lugares de culto.
ONU reacciona ante violación del derecho a la libertad religiosa en Europa
La resolución, redactada por Marruecos, surge en respuesta a una serie de actos de quema y profanación del Corán, el libro sagrado de los musulmanes, ocurridos en países europeos como Suecia y Dinamarca.
Estos sacrilegios han provocado la indignación en la comunidad musulmana, que demanda medidas legales contra los responsables y promotores de estas acciones de islamofobia.
La Asamblea de la ONU pronunció su firme condena hacia «todos los actos de violencia dirigidos contra personas debido a su religión o creencias, así como cualquier tipo de agresión que afecte a sus símbolos religiosos, libros sagrados, hogares, negocios, propiedades, escuelas, centros culturales o lugares de culto».
Países europeos promueven odio religioso
El 12 de julio del año en curso, en Ginebra (Suiza), el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU), también condenó enérgicamente las recientes blasfemias contra el Corán, a pesar de las objeciones de algunos países occidentales, calificándolas como «actos de odio religioso».
En Suecia, Salwan Momika, conocido como el organizador de la quema del Corán en ese país, perpetró este acto junto a un grupo de personas el 28 de junio, coincidiendo con el día de la Fiesta del Sacrificio, una celebración significativa para la comunidad musulmana.
Sorprendentemente, las autoridades de este país europeo autorizaron otro evento similar que involucró la quema de la bandera iraquí.
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En Dinamarca, se ha reportado un caso antiislámico donde cinco miembros del grupo extremista denominado «Patriotas Daneses» llevaron a cabo la quema de copias del libro sagrado frente a la representación diplomática de Egipto en Copenhague, la capital del país danés.
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El Gobierno de Nicaragua, a través de una enérgica declaratoria oficial, condenó estos actos y señaló: “Expresamos nuestra más enérgica condena a las expresiones de racismo y supremacía cultural que se han venido presentando en Europa contra los Símbolos Sagrados de los Credos, Creencias y Religiones de los Pueblos”.