Los puertorriqueños quedan excluidos de decidir directamente quién ocupará la Casa Blanca.

Estados Unidos celebra Elecciones generales, en la que sus ciudadanos elegirán al nuevo inquilino de la Casa Blanca. Sin embargo, en Puerto Rico, a pesar de ser un “territorio” bajo la jurisdicción de EEUU, los votos de los boricuas no cuentan al momento del conteo final, quedando prácticamente excluidos del proceso electoral.

Según el artículo IV, sección 3, cláusula 2 de la Constitución de EEUU, el Congreso tiene autoridad plenaria sobre los territorios y es responsable de establecer “todas las reglas y regulaciones necesarias con respecto al territorio u otra propiedad perteneciente a Estados Unidos”.

En ese sentido, dado que Puerto Rico es un territorio de EEUU, bajo la administración del Congreso, no cuenta con representación en el mismo (excepto por un “comisionado residente” o “delegado electo” que no tiene derecho a voto) ni en el Colegio Electoral, lo que significa que prácticamente no puede votar en las Elecciones Presidenciales.

Los residentes de Puerto Rico son considerados ciudadanos estadounidenses que pueden participar en las primarias presidenciales, elegir gobernador y legisladores locales, y expresar su preferencia presidencial. Aunque su voto en las presidenciales no tiene impacto en los resultados oficiales de las elecciones.

El estatus político no sólo aplica a Puerto Rico, sino también a otros territorios pertenecientes a EEUU, como: Guam, las Islas Vírgenes de Estados Unidos, las Islas Marianas del Norte, Samoa estadounidense y las Islas Ultramarinas Menores de EEUU.

¿Cómo funcionan las Elecciones Presidenciales en EEUU?

Cada cuatro años, millones de estadounidenses emiten su voto por su candidato favorito, pese a que la verdadera decisión sobre la presidencia recae en el Colegio Electoral.

En el sistema del Colegio Electoral cada estado recibe un número de votos electorales determinado por su representación fija de dos senadores, más el número de representantes que tiene en el Congreso, que depende de su población. Lo que significa que estados más grandes, como California o Texas, tienen más votos electorales y, por lo tanto, mayor influencia en la elección.

En caso de un empate, donde los candidatos alcanzan 269 votos electorales, la Cámara de Representantes decide al presidente, otorgando a cada estado un sólo voto, mientras que el Senado elige al vicepresidente.

De esta manera, en lugar de decidirlo la mayoría popular, un reducido grupo en el Congreso elige al próximo presidente, mostrando cómo el sistema electoral excluye el voto ciudadano.