Las presiones de Estados Unidos sobre la Unión Europea de continuar apoyando la prolongación del conflicto entre Ucrania y Rusia, han iniciado a resquebrajar las opiniones que una vez parecieron sólidas en torno al respaldo armamentístico a Kiev y en la imposición de sanciones económicas contra Moscú.
Una inflación que ha alcanzado récords históricos, las altas probabilidades de recesión, sumado a la crisis financiera que se asoma en Estados Unidos y que podría perjudicar también a Europa, han provocado que muchas naciones europeas cuestionen realmente el beneficio de continuar aportando recursos al conflicto.
Europa sufre los efectos de su promoción del conflicto
La Unión Europea recientemente aprobó una nueva “ayuda” de dos mil millones de euros en municiones para seguir prolongando el conflicto. Las medidas, aprobadas por la Comisión Europea, han hecho que países como Alemania, también decidan emprender “su propia ayuda” a través de la industria bélica del país. Contradictoriamente, según la Oficina Europea de Estadística, 1 de cada 5 ciudadanos del bloque regional se encuentran en riesgo de pobreza o de exclusión social.
En España, el 54 % de los españoles afirma una reducción en su nivel de vida, mientras que un 35 % asegura no poder pagar sus cuentas “la mayor parte del tiempo” o “en ocasiones”, según el Eurobarómetro efectuado entre octubre y noviembre de 2022.
Por otra parte, Rusia, contrario a las predicciones hechas por Occidente de que sucumbiría en cuestión de meses, ha logrado fortalecer su economía y ha esquivado las sanciones impuestas por Estados Unidos. La nación euroasiática ha ampliado su mercado y fortalecido su liderazgo a nivel mundial.
Mientras tanto, Europa ha sido la única perjudicada al auto aislarse del mercado ruso, teniendo que recurrir a Estados Unidos para abastecerse de recursos energéticos, los cuales son vendidos más caros.
Puedes leer: Daniel Ortega reafirma lucha por la paz en encuentro mundial de Partidos Políticos con China
Sin embargo, las contradicciones surgieron desde inicio del conflicto cuando países como Serbia y Hungría arriesgaron sus candidaturas y membrecías, respectivamente, al no apoyar las sanciones contra Rusia.
Te puede interesar: Rusia resiste ante las acciones coercitivas de Occidente
La situación entre Rusia y Ucrania ha revelado la alta dependencia y subordinación de Europa a los Estados Unidos, evidenciando que el denominado “viejo continente” no logra operar como un bloque sólido como tal, sino como un apéndice de Washington del otro lado del Atlántico.