El asedio de la ciudad de Leningrado es considerado uno de los crímenes más atroces de la historia.
El asedio de la ciudad de Leningrado es considerado uno de los crímenes más atroces de la historia.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, encabezó los actos conmemorativos del 81.º aniversario de la liberación de Leningrado, actual San Petersburgo, que marcó el fin de uno de los asedios más largos y mortales de la historia.

«Siempre recordaremos que fue el pueblo soviético el que trajo la vida, la paz y la libertad a la humanidad. Y lo hicieron gracias a su heroísmo, a costa de enormes sacrificios y pérdidas irremplazables», recordó el mandatario.

Durante la ceremonia, Putin participó en la colocación de ofrendas florales en el monumento Rubezhni Kamen y en el cementerio Piskarevskoye, donde se encuentra el monumento a la Madre Patria.

Putin recordó que el asedio de Leningrado, que duró desde el 8 de septiembre de 1941 hasta el 27 de enero de 1944, se considera uno de los crímenes más atroces de la historia, al igual que el Holocausto.

Afirmó que más de un millón de vidas se perdieron durante los 872 días de asedio, y subrayó que la mayoría de las muertes fueron causadas por el hambre, mientras que un pequeño porcentaje fue producto de los bombardeos alemanes.

La heroica resistencia de Leningrado

El sitio fue finalmente roto por el Ejército Rojo en enero de 1943, gracias a la Operación Chispa, que logró abrir un corredor de 10 kilómetros de ancho para abastecer a la ciudad.

La liberación total ocurrió el 27 de enero de 1944, tras intensos combates que obligaron a las tropas nazis a retirarse a más de 60 kilómetros de la ciudad.

El coraje de los habitantes de Leningrado no solo es recordado en Rusia, sino en el mundo entero. En 1942, se instituyó la Medalla por la Defensa de Leningrado, que fue otorgada a más de 1,5 millones de personas.