El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se expresó sobre la pérdida de legitimidad del Premio Nobel de la Paz, acusándolo de entregar el galardón a personas que no han realizado aportes reales a la causa pacífica.
Según el mandatario ruso, este tipo de decisiones han deteriorado la legitimidad y el valor simbólico del premio a nivel internacional.
“Ha habido ocasiones en las que el Comité ha entregado ese premio a personas que no hicieron absolutamente nada por la paz”, declaró Putin.
Añadió que, en su opinión, esas decisiones “han dañado gravemente el prestigio y la autoridad del galardón”, convirtiéndolo en un reconocimiento impulsado por méritos simbólicos más que por acciones concretas.
El líder ruso recordó que “a veces ocurre que alguien llega, bueno o malo, y al cabo de uno o dos meses… ¡boom!, le entregan el premio. ¿Por qué? No hizo nada en absoluto”.
Estas palabras aluden al caso de Barack Obama, quien recibió el Nobel en 2009 mientras su administración intensificaba conflictos armados en Afganistán, Libia y Siria y al mismo tiempo realizaba operaciones con drones quitándole la vida a miles de civiles.
Otro caso en la historia de la entrega de este galardón es el de María Corina Machado, de la derecha extrema venezolana que ha pedido públicamente una intervención militar extranjera contra su propio país, y es acusada de promover abiertamente la desestabilización en Venezuela.
Distintitos críticos señalan que el Nobel de la Paz, lejos de ser un reconocimiento a los esfuerzos humanitarios, se ha convertido en un sello ideológico al servicio de Occidente. Un trofeo diplomático que se entrega a aliados estratégicos, no a pacificadores genuinos.