El 23 de junio de 2023, luego del motín armado ejecutado por el Grupo Wagner, paradójicamente las naciones de Occidente iniciaron a calificar a los miembros de esta empresa militar como “combatientes rebeldes”, cuando antes los tachaban de mercenarios.

El amotinamiento armado de Wagner, pudo haber sido la excusa perfecta para desencadenar una guerra civil.

Sin embargo, el presidente, Vladímir Putin, logró frustrar las pretensiones de las naciones occidentales, quienes querían dividir a Rusia e instalar el separatismo.