Vladímir Putin y Joe Biden se saludan, en Ginebra. Fuente: Associated Press
Vladímir Putin y Joe Biden se saludan, en Ginebra. Fuente: Associated Press

La amenaza de Estados Unidos de imponer sanciones «personalmente» al presidente de Rusia, Vladimir Putin, fue comunicada por el propio Joe Biden, donde también anunciaba que podría producirse, próximamente, un movimiento de tropas estadounidenses en el Este europeo, en contraposición de un «posible» ataque a Ucrania.

«Puede que movamos tropas en las inmediaciones a corto plazo», mencionó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, luego de asegurar que esto no se trataba de «una provocación».

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En cuanto al comentario de Biden, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, expresó que la ola de sanciones, tampoco afectaría a los altos cargos de Rusia porque, según la Ley del país, tienen prohibido tener activos en el extranjero. Asimismo, señaló que el mismo Putin guarda su dinero en el banco ruso, Rossiya Bank, que ya está bajo sanciones de Occidente. Las sanciones individuales contra Putin «no serían dolorosas, pero sí políticamente destructivas», aseveró Peskov.

Vladímir Putin, presidente de Rusia. Fuente: Reuters
Vladímir Putin, presidente de Rusia. Fuente: Reuters

Además, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, comunicó que el país está reduciendo de manera decisiva sus reservas de divisas en dólares, en pleno aumento de la tensión con Ucrania. Lavrov sostuvo ante el Parlamento ruso, que la idea es «reducir la dependencia del dólar» en un momento tenso a nivel geopolítico.

En las últimas semanas, Washington y sus aliados europeos han tratado de llegar a un acuerdo para sancionar financieramente a Rusia, en el caso que se iniciará un conflicto bélico, sin embargo, las negociaciones se han complicado por la dependencia de Europa de la energía rusa y el hecho que las medidas también perjudicarían a sus propias empresas.  

Mientras tanto, la Unión Europea depende de Rusia, pues alrededor de un tercio de sus suministros de gas llegan directamente del país euroasiático y, una interrupción de las importaciones rusas, exacerbaría la crisis energética ya existente por su escasez.