El Teatro Nacional Rubén Darío posee una significativa relevancia en Nicaragua, destacando la contribución de profesionales nicaragüenses en su diseño y construcción, así como el reconocimiento de artistas populares que alcanzaron el escenario cultural debido a su talento.

Este lugar emblemático ha servido como un espacio fundamental para la manifestación de las artes, siendo un testigo activo de la transformación cultural impulsada por la revolución sandinista en Nicaragua.

Este edificio no solo es una estructura física, sino la verdadera identidad artística y cultural de Nicaragua, y en este sentido, a nivel internacional se encuentra valorado entre los mejores teatros de Latinoamérica.