El desarrollo de la vacuna cubana contra el cáncer de pulmón, Cimavax-EGF, desarrollada por el Centro de Inmunología Molecular (CIM) de Cuba en alianza con el Centro Roswell Park de Estados Unidos, establece un avance en la etapa de reconocimiento internacional del fármaco, a través de la creación y consolidación de la única empresa mixta con fines científicos y comerciales entre ambas naciones, Innovative Immunotherapy Alliance.
Estados Unidos y Cuba se estarían beneficiando mutuamente con esta relación médica. La Habana estaría accediendo a equipamiento y reactivos que, producto del bloqueo no se encuentran al alcance; mientras que la nación norteamericana tendría la posibilidad de adquirir el fármaco y aplicarlos en sus ciudadanos.
En cuanto a sus estudios de factibilidad, los especialistas afirman que, la vacuna presentó «favorables datos de seguridad y efectividad», tanto en los análisis realizados en el interior y exterior del país, así como en su aplicación en las diferentes fases, lo que permite la inserción en el mercado nacional e internacional.
Kalet León Monzón, director adjunto del CIM, destacó que Cimavax-EGF, es producto de más de dos décadas de investigaciones, donde se han obtenido buenos resultados en pacientes que se encuentran en estado crítico del cáncer de pulmón. «Son pacientes que se recuperan de un cáncer de tumor avanzado, que podían tener una perspectiva de sobrevida en condiciones normales de muy corto plazo».
Bloqueo estadounidense no detiene el avance de Cuba en el desarrollo de vacunas
Pese al impacto del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, los avances en las investigaciones y desarrollo de las vacunas no se han detenido en la isla caribeña, con la pandemia de la COVID-19, la industria farmacéutica ha apostado en la elaboración de varios fármacos para contener los contagios en el país.
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Ahora con Cimavax-EGF, Cuba ha logrado acceder a equipamiento y reactivos muy difíciles de conseguir por los efectos del bloqueo estadounidense. Al tiempo que la mayor de Las Antillas se reinventa en las investigaciones médicas, el interés de Estados Unidos por los medicamentos cubanos comprueba lo importante que es para ese país, adquirir fármacos con resultados eficientes y con perspectivas de reducción de enfermedades mortales, que afectan también a los estadounidenses.