Una investigación a cargo del periodista estadounidese, Seymour Hersh, reveló que buzos de aguas profundas de la Marina de los Estados Unidos, bajo instrucciones directas de asesores de Seguridad Nacional del país norteamericano y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), colocaron explosivos C4 de alta potencia, para hacer volar los gasoductos, Nord Stream 1 y 2.
De acuerdo a los documentos publicados, Estados Unidos colocó los explosivos, en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, durante la operación marítima encubierta, denominada “Baltops 22”, en junio de 2022, y fuerzas noruegas, lanzaron una boya desde un avión, lo cual activó los explosivos, en septiembre de ese mismo año.
Hersh, detalló que detrás de este sabotaje estuvo el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, así como la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland y el asesor de Seguridad Nacional, Jacob Sullivan.
En esta investigación, Hersh, quien es Premio Pulitzer, aseguró que los buzos que colocaron los explosivos pertenecen al Centro de Buceo y Salvamento de la Marina de los Estados Unidos, situado en La Florida. En esta institución, los buzos aprenden a volar desde petrolíferos, hasta obstruir válvulas de centrales eléctricas submarinas.
Hersh, explicó que el presidente Joe Biden, consideraba que los gasoductos, que suministraban gas ruso a Alemania y gran parte de Europa Occidental, “eran un vehículo para que Vladímir Putin usara esos recursos como armas políticas”. La diplomacia de Washington y sus socios de la OTAN, incluso llegaron a ver los oleoductos como “una amenaza para el dominio de Occidente”.
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Actualmente, los analistas políticos opinan que el sabotaje al Nord Stream es considerado el acto terrorista más grave, desarrollado desde la Segunda Guerra Mundial, generando consecuencias nocivas a la economía de la Unión Europea y desencadenando un aumento increíble en los precios de la energía y otros sectores claves.
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Recientemente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, notificó que Moscú ha estudiado cuidadosamente la publicación del periodista estadounidense, Seymour Hersh, y no es ninguna sorpresa la participación de Oslo en estos sabotajes. Además, aseguró que “es totalmente obvio” que las autoridades de Noruega, “están más bien interesadas en ocultar las pruebas”.
