Ningún gobierno puede justificar los crímenes cometidos por los imperialistas creadores del ente sionista, y ningún gobierno imperialista puede justificar los crímenes cometidos por su protegidos sionazis. El colonialismo de aquellos fue el creador del neocolonialismo de hoy.

Es debido a la formación de sus intereses, de unos y otros, que el Pueblo Palestino se ve bajo una guerra declarada por esos que han sobresalido alimentándose con los recursos materiales de la zona, y es por eso mismo por lo que el Pueblo Palestino tiene derecho a su legítima defensa como rechazo de la invasión sionista.

Los creadores de la violencia, el ejército neocolonial, formado en principio por las bandas criminales que operaban bajo Mandato Británico, y las bandas paramilitares que forman los colonos de hoy, son los responsables de la situación, tan solo en lo que va de año hasta antes de que los Palestinos ejerciesen su autodefensa desde el día 6 de octubre, han asesinado en las calles y en los campos de Palestina casi 300 entre niños, mujeres y hombres, ¿ha dicho algún gobierno imperialista algo sobre esa barbarie? Pero no es la primera vez, es un crimen continuado desde la instalación de la herramienta imperialista que denominan Israel, cuyo principal cometido, según sus mismas declaraciones emitidas continuamente desde las cúpulas sionazis, es hacer desaparecer a Palestina, “judaizar” el país que les es ajeno. Solo con su declaración de “independencia” empezaron la expulsión del Pueblo Palestino y desterraron entre 750.000 y 850.000 Palestinos, para después en sucesivas guerras continuar expulsando e impidiendoles la vuelta a sus hogares. Hoy se encuentran 6 millones de Palestinos expulsados de su país. Nadie puede legitimar el crimen.

Si en aquel primer momento de guerra contra el Pueblo Palestino, conocida como Al Nakba, los sionazis destruyeron cerca de 500 ciudades y pueblos para hacer desaparecer la nación originaria y no pudieron, a lo largo de los 75 años transcurridos han continuado con semejante tarea criminal, a pesar de que las Convenciones internacionales, acordadas por el mundo entero para sostener la convivencia y el entendimiento, son burladas:

¿quién oculta los crímenes y acusa a la víctima?, solo los imperialistas, los creadores de su monstruo neocolonial que es la herramienta sionazi.

Causan oprobio y dolor las prácticas imperialistas, la limpieza étnica, el apartheid, el más del millón de prisioneros que han metido en sus cárceles, la invasión continua con más y más asentamientos, el muro de división y aislamiento de las poblaciones que no han podido desalojar, el robo de tierras, de cosechas, del agua, la destrucción de pozos y fuentes y su envenenamiento, la eliminación de los medios de supervivencia de la población autóctona, la matanza que llevan a cabo contra el Pueblo Palestino diariamente demostrando así que nunca han creído en lo que firmaban, que nunca han defendido la integridad, la  democracia          o la independencia, nunca       han defendido la verdad porque nunca han respetado los derechos de Palestina, sus crímenes tienen la condena de los crímenes de guerra.

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Igualmente resulta escandaloso que las instituciones que dicen defender los Derechos Humanos y los Derechos Internacionales, sean letra muerta, se queden en silencio al tiempo en que los regímenes europeos condenan burdamente, cínicamente, hipócritamente, el que el Pueblo Palestina haga uso de su derecho a la defensa de su país frente al invasor.