Luego de cuatro sucesiones constitucionales y más de tres años de inestabilidad política en Perú, la dirección del país ha dado un giro a la izquierda tras la proclamación de Pedro Castillo como el nuevo presidente de esa nación.

Un docente de primaria, oriundo de una comunidad rural ubicada al noroeste del país.

¿Qué iniciativas trae a los peruanos el nuevo mandatario y hacía dónde encaminará el futuro político de la nación?

Castillo, durante su campaña propuso modificar la Constitución con el objetivo de llevar a cabo una reforma económica, en la que el Estado asuma un rol de empresario para competir con los privados.

Igualmente, proyectó la nacionalización de empresas de varios sectores económicos, estrategias para la reactivación de la economía, el inicio del proceso de la segunda reforma agraria, el retorno a la educación presencial, la masificación del gas como política de Estado y una clase de reforma tributaria para aumentar sustancialmente la inversión en educación y salud.

A todo esto, se suma una promesa de gobernar con sueldo de profesor, y la reducción del salario a los congresistas.

¿Pero en qué estado encuentra Perú el nuevo presidente para poner en marcha su plan de gobierno?

Castillo se enfrentará con un primer reto: la herencia de un mal manejo de la pandemia de la Covid-19, que ha convertido a esa nación en el cuarto país de Suramérica con más contagios y muertes a causa del virus, se suma una recesión económica consecuencia de la inestabilidad estatal; así como las diferencias de un Congreso dividido y la reputación de un país que, en los últimos 30 años, contabiliza 6 presidentes acusados de corrupción, un flagelo que ha socavado la legitimidad del Estado.

El nuevo gobernante, que mantiene un discurso izquierdista y de tendencia sindicalista-rural, ha levantado un eco internacional de respaldo, logrando marcar un alto grado de simpatía en tan poco tiempo, y promete, traer un cambio rotundo en el futuro de millones de peruanos.