España registró un aumento en los intentos de suicidios por parte de jóvenes, en al menos 1,921.3 % desde 2012 hasta 2022; informó el estudio de Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y Adolescencia, realizado por la Fundación ANAR, que destaca la salud mental y la violencia, como los principales problemas en ese país europeo.
El informe está basado en 9,637 casos y casi 600 mil peticiones de ayuda recibidas, en las que ha intervenido la Fundación ANAR, a través de llamadas o conversaciones por chat.
De acuerdo al director de Programas de la Fundación ANAR, “las estadísticas de suicidio de menores de edad serían aún más escalofriantes en España si ANAR no hubiese salvado a esos casi 750 niños, niñas y adolescentes y a los 1,961 más que atendimos desde nuestras Líneas de Ayuda cuando ya estaban planificando su suicidio”.
Si bien, la información brinda, distintos puntos clave que dieron un aumento en el número de caso con conductas suicidas, entre 2020 y 2022, el período post-COVID-19, puso una ampliación en los riesgos psicosociales como “aislamiento, maltrato intrafamiliar, hacinamiento, abuso de las tecnologías, barreras asistenciales a la salud mental, pobreza…” provocando el 128 % del total analizado desde 2012.
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Violencia y salud mental
Los problemas con mayor porcentaje, asociados a las conductas suicidas son la violencia contra los menores de edad (60.9 %) y la salud mental (27.4 %), teniendo mayor incidencia desde 2019.
Los tipos de violencia más frecuente fueron el acoso, ciberbullyng y otras dificultades en el ámbito escolar, maltrato físico, maltrato psicológico, agresión sexual y violencia de género.
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Mientras en la categoría de salud mental, ANAR, destaca las autolesiones, problemas psicológicos (tristeza, depresión, ansiedad y trastornos de la alimentación), y problemas de conducta.