La madrugada de este sábado, la expresidenta de facto en Bolivia, Jeanine Áñez, fue detenida, tras un fuerte operativo de búsqueda y aprehensión por parte del Ministerio Público y la Policía del país andino.

Áñez, quien es acusada de «terrorismo, sedición y conspiración» junto a sus principales colaboradores, fue trasladada aproximadamente a las 9:15 de la mañana, a las oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), en La Paz, donde se le ha tomado declaración por el caso del golpe de Estado de 2019, contra el expresidente, Evo Morales.

Luego de su captura, a través de su cuenta de twitter, Áñez denunció ser víctima de “abuso y persecución política”. Sin embargo, el Gobierno boliviano descartó las afirmaciones de la expresidenta de facto.

La orden de arresto en contra de Áñez y sus colaboradores, se basa bajo el Riesgo Procesal de Fuga, debido a que los acusados cuentan con un flujo migratorio activo, lo que representa un extremo que acredita la facilidad que estos abandonen el país.

Por su parte, el exmandatario boliviano, Evo Morales, por medio de su cuenta de twitter, exigió que sean sancionados los “autores y cómplices”, al citar: “Por justicia y verdad para las víctimas fatales, los más de 800 heridos y más de 1,500 detenidos ilegalmente en el golpe de Estado».

En 2019, Evo Morales, fue víctima de un golpe de Estado, luego que la Organización de Estados Americanos (OEA) emitiera un polémico informe, donde argumentaba supuestas irregularidades en las elecciones presidenciales del 20 de octubre del mismo año, y llamó a anular los resultados, donde Morales había obtenido la victoria.

En medio de fuertes protestas y un clima de violencia acrecentada luego de la decisión del organismo internacional, Evo Morales, dimitió de su cargo obligado por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional boliviana el 10 de noviembre de 2019, y Jeanine Áñez, quien en ese entonces era la exsegunda vicepresidenta del Senado, se autoproclamó presidenta interina de la nación suramericana.