Con la llegada de las sanciones de la Unión Europea (UE) hacia Rusia, era lógico pensar en una caída en las importaciones por parte de Europa de Gas Natural Licuado (GNL), pero la realidad es que el viejo continente está comprando cifras récords de gas ruso, transportado a través del mar, informó la revista británica, Financial Times.
De acuerdo al medio, oponerse a los suministros de combustibles provenientes de Rusia no es una tarea fácil para Europa, y más este año, cuando los países europeos exportaron más de un 40 % entre enero y octubre de 2022, en comparación con el año pasado, lo que pone en notoriedad “la dificultad para Europa de dejar el gas de Moscú a pesar de Bruselas ‘intenta alejarse’ de las fuentes rusas”.
Para el periodo mencionado, el gas licuado significó el 16 % en las importaciones a través del mar para la UE, una cifra que se traduce en volumen a casi 18 mil millones de metros cúbicos de gas licuado importado, un número que no se compara a los 62,100 millones de metros cúbicos que pudieron haber sido transportados a través de los gasoductos en el mismo tiempo determinado; una muestra del efecto boomerang que tuvieron las sanciones antirrusas por parte de Occidente, detalla el periódico.
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La situación para Europa es complicada, “un día, Putin podría despertarse y decir, ‘dejaremos de enviar GNL a Europa’, obligando a la región a comprar en un mercado al contado aún más caro”, destacó Anne-Sophie Corbeau, investigadora internacional del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia.
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La importación por vía marítima se vio paralizada desde el inicio de los conflictos en Ucrania. El gasoducto de Yamal, que atraviesa Polonia, se detuvo desde mayo; a mediados de junio, Alemania dejó de recibir suministros del Nord Stream 1, ya que a raíz de las sanciones no se podían dar el mantenimiento adecuado al gasoducto; y la cereza que adornó el pastel fueron las explosiones en el Nord Stream 1 y 2, que muchos consideraron un ataque por parte de Estados Unidos.