Por segundo año consecutivo, los religiosos no podrán conmemorar con normalidad la más importante actividad eclesiástica del cristianismo, la Semana Santa, debido a la tercera ola de contagios iniciada alrededor del mundo.

Y ante este contexto, en distintas naciones, la esperanza de millones de personas de una recuperación económica se ha visto frustrada, con el retorno de los confinamientos impuestos.