Tiranosaurio rex: ¿Qué comió en su última cena?
Tiranosaurio rex: ¿Qué comió en su última cena?

Una asombrosa revelación ha surgido de una investigación paleontológica recientemente publicada en la revista Science Advances, acerca de un fósil que desvela la última comida que devoró un tiranosaurio.

En este sentido, dicho alimento se encontraba perfectamente conservado en la cavidad estomacal del tiranosaurio rex, destacando un hallazgo único en la preservación de las entrañas y la evidencia dietética de estos gigantes prehistóricos.

La coautora principal de este estudio, Darla Zelenitsky, paleontóloga y profesora asociada en la Universidad de Calgary en Alberta, describió el descubrimiento como “especialmente fascinante”.

«Los tiranosaurios son estas especies depredadoras grandes que deambulaban por Alberta y Norteamérica durante el Cretácico tardío. Estos eran los icónicos depredadores principales que todos hemos visto en películas, libros y museos. Caminaban en dos patas y tenían brazos muy cortos», dijo Zelenitsky.

Datos reveladores sobre el tiranosaurio

El espécimen en cuestión, un joven Gorgosaurus libratus, reveló detalles interesantes. A una edad de entre 5 y 7 años y con un peso aproximado de 772 libras y una longitud de 4 metros en el momento de su muerte, este tiranosaurio presentaba una selectividad alimenticia.

Las investigaciones revelaron que su última y penúltima ingesta consistía en las patas traseras de dos pequeños dinosaurios similares a aves, Citipes elegans.

Los expertos notaron que dentro de la cavidad estomacal no se encontraron otros restos esqueléticos de estas presas, únicamente las extremidades posteriores.

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Zelenitsky enfatizó la peculiaridad del descubrimiento al explicar cómo el tiranosaurio había cazado a ambos Citipes en momentos diferentes, consumiendo únicamente las patas traseras y dejando el resto de los cuerpos prácticamente intactos. Este patrón alimenticio ha llamado la atención, resaltando la selectividad de esta criatura prehistórica.

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Los investigadores concluyeron que los dos ejemplares de Citipes elegans, que eran menores de un año en el momento de ser cazados, ofrecen una valiosa ventana al comportamiento y la dieta de estos dinosaurios, aportando información única sobre su entorno y hábitos de caza.