En medio de una crisis política, económica y migratoria, el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó su candidatura a la reelección durante una rueda de prensa en la Casa Blanca y que la actual vicepresidenta, Kamala Harris, será su compañera de fórmula.
La figura de Harris, la primera mujer afroamericana elegida elegida vicepresidenta en el país norteamericano, ha sonado hasta ahora como una posible candidata a convertirse en la primera presidenta del país en 2024, debido a la edad de Biden, 79 años, aunque el mandatario ha insistido en que se presentará a las próximas elecciones.
Los sondeos venían alertando en los últimos meses de un descenso en la popularidad de Biden que, a inicios de noviembre del 2021, alcanzó un nivel de desaprobación del 51% según, Real Clear Politics.
A un año de haber tomado Biden la presidencia, el país ha entrado en crisis financiera, y las distintas medidas que prometió a sus votantes con respecto a la migración y leyes aún no se han cumplido.
Sumado a esto, desde la toma de posesión de la nueva administración norteamericana, se han intensificado las tensiones geopolíticas, como en la actual situación de Ucrania, donde Estados Unidos, incluso ha brindado declaraciones que han sido calificadas por el Gobierno de Rusia, como campañas de desinformación que pretenden agudizar el conflicto.
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Recientemente, EE.UU., también ha sido catalogado por China, como el “mayor destructor de la paz y estabilidad” en el Mar Meridional de China, tras denunciar la navegación no permitida de un buque de guerra norteamericano en ese territorio marítimo, que atenta contra la seguridad y soberanía del Gigante Asiático.
Joe Biden, aseguró durante su rueda de prensa que el país “está más unido que nunca”, e instó a la nación a seguir uniéndose. Sin embargo, a lo largo de un año, donde se aceleró la pandemia; se agudizó el racismo, lo crímenes de odio, el partidismo y las dificultades económicas, el país se dividió aún más.
En ese sentido, el mandatario señaló que va a haber muchas transiciones y que la cuestión principal va a ser si se pueden mantener las instituciones democráticas, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, para que puedan generar un “consenso democrático”.
