El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, prometió intensificar la ofensiva militar en Gaza, advirtiendo que “se abrirán las puertas del infierno”.
La amenaza se concretó horas después con un bombardeo aéreo que derribó un edificio residencial de 12 pisos en el oeste del enclave palestino.
La torre Al Mushtaha, rodeada por campamentos improvisados de familias desplazadas, fue destruida por un F-16 israelí.
Según informó Al-Jazeera, el ataque dejó varios heridos, incluidos niños, que debieron ser evacuados a centros médicos ya colapsados por la ofensiva israelí.
Horas después, otro edificio fue bombardeado en el suroeste de Gaza, una zona con alta concentración de civiles, lo que resultó en más víctimas entre la población.
Una catástrofe provocada por el hombre
En este contexto, el jefe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, advirtió que Gaza atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes, impulsada por decisiones políticas que han bloqueado el acceso a ayuda vital.
Según afirmó, la hambruna actual no es consecuencia de fenómenos naturales, sino “una plaga provocada por el hombre”.
